Uri Landman
Evosur
Se pretende desmembrar el Perú y darle a Bolivia una salida soberana al Pacífico
En abril de este año Evo Morales anunció en Bolivia la creación de Runasur, una instancia que se suma a proyectos como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) con el objetivo de “articular una América plurinacional”, con sede en Cochabamba y que busca integrar a los 12 países de la región. Según Morales “Runasur tiene como meta unir a los movimientos sociales –sean indígenas, obreros, de la clase media y magisteriales– con profesionales intelectuales, y la meta es luchar para una verdadera liberación de toda América plurinacional de los pueblos para los pueblos”. Dentro de su constitución se establece que Runasur es un organismo anticolonialista, antiimperialista y anticapitalista.
Ya conocemos quién es Evo Morales y sus antecedentes tramposos en Bolivia. Después de gobernar durante 14 años, postuló una cuarta vez en el año 2019, a pesar de haber perdido un referéndum en el año 2016, cuando más de la mitad de la población rechazó su pretensión de volver a postular a la presidencia. Manipulando a los organismos electorales afines a él, participó en las elecciones del 20 de octubre de 2019. Una vez cerradas las mesas electorales y cuando se estaba realizando el conteo de los votos, el Tribunal Supremo Electoral suspendió por “sorpresa” el conteo rápido con el 83% escrutado, que apuntaba a una segunda vuelta entre Morales y el candidato opositor Meza.
Al día siguiente, la transmisión rápida de resultados preliminares se “reanudó” después de haber superado los “inconvenientes técnicos”, con el 95% de los votos ya contados y dando una victoria en primera vuelta a Morales. Ante tamaña irregularidad las misiones de observadores de la OEA y de la Unión Europea solicitaron se realice la segunda vuelta. Sin embargo, Morales rechazó dicha solicitud y se autoproclamó presidente por cuarta vez, llamando a sus seguidores a “defender la democracia en las calles” y frenar el golpe de Estado.
La auditoría realizada por la OEA daba cuenta de “que era estadísticamente improbable que Morales hubiese ganado por el margen de 10% que necesitaba para evitar la segunda vuelta”. La OEA también aseguró que encontró actas físicas con alteraciones y firmas falsas. Dicho informe también señala que en muchos casos no se respetó la cadena de custodia de las actas y hubo manipulación de datos. ¡Cualquier parecido con las elecciones peruanas es pura coincidencia!
Lo cierto es que ante las denuncias de fraude, las movilizaciones sociales y sobre todo el pronunciamiento de las fuerzas armadas bolivianas, que le sugirieron a Morales dar un paso al costado para evitar más derramamientos de sangre, pacificar al país y llamar a nuevas elecciones; este no tuvo otra opción que renunciar a la presidencia de Bolivia y fugarse.
Pero la historia de Morales no termina con su fuga a México donde pasaría unos meses, para luego viajar a Cuba y aterrizar finalmente en Argentina, donde recibió asilo político. En noviembre del 2020 se realizaron elecciones en Bolivia, en donde salió elegido en primera vuelta Luis Arce, candidato de Evo Morales. Desde que asumió el poder Arce hasta la fecha, el gobierno se ha volcado a perseguir y apresar a todos los políticos de oposición que participaron en el gobierno interino de Jeanine Añez, la ex presidenta del Congreso, que ejerció la presidencia interina ante la renuncia de Morales y la convocatoria a nuevas elecciones. Además de Añez, han sido apresados sus ministros, jefes de las fuerzas armadas y dirigentes de movimientos sociales de oposición.
En este contexto, el “demócrata” Evo Morales, ha convocado una reunión de Runasur en Cusco, para los días 20 y 21 de diciembre. Ante la complicidad del Gobierno de Castillo, que mira con beneplácito tal evento, un grupo de ex cancilleres y vicecancilleres ha emitido un pronunciamiento en contra de dicha reunión, ya que aseguraron que el ex mandatario boliviano “se propone desmembrar el Perú otorgando a Bolivia una salida soberana al Pacífico”.
Dicho pronunciamiento también indica que “por ello, la sola convocatoria a la reunión en Cusco constituye una intromisión e interferencia inaceptables y viola las formas fundamentales de la ONU y de la OEA”. Los diplomáticos exhortaron al presidente a “no permitir y menos apoyar a políticos extranjeros que realizan eventos que agreden nuestra independencia, soberanía y dignidad, ya que propician la división entre peruanos y buscan la destrucción del estado de Derecho”.
Más grave todavía, desde mi punto de vista, es que haya dirigentes de Perú Libre y miembros del Gobierno, como la ministra de Trabajo Betssy Chávez, quien al ser cuestionada sobre el tema en un programa dominical no rechazó de manera categórica el planteamiento de darle una salida soberana a Bolivia a través del mar peruano. En lugar de eso, afirmó que “ya existe Boliviamar”, que “el tema es hermanarnos entre diferentes países” y que “podría discutirse en el Consejo de Ministros”.
Lejos de reconocer el problema, prohibir dicho evento y el ingreso de Morales al país, la Cancillería está más ocupada en solicitar a nuestra embajada en España información sobre las reuniones que sostuvo la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, con diputados de ese país, para averiguar si es cierto que Alva habría exigido a los diputados españoles “que emitan un pronunciamiento señalando que el Perú ha sido capturado por el comunismo y que Pedro Castillo es un presidente que no tiene legitimidad”. Algo que la presidenta del Congreso ha rechazado de manera categórica.
Recordemos el sacrificio de tantos de nuestros héroes, quienes dieron su vida por defender la soberanía e integridad territorial del país. Seamos dignos hijos de Miguel Grau, Francisco Bolognesi, Alfonso Ugarte y tantos héroes más.
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