Uri Landman
El discurso del rey
Sobre las entrevistas a Pedro Castillo
Una de las películas históricas que nos enseña la fuerza de la palabra es El discurso del rey, dirigida por Tom Hooper y estrenada en el año 2010. Esta película, basada en hechos históricos reales, narra cómo el duque Jorge de York, quien después fuera coronado como Jorge VI, acude al fonoaudiólogo australiano Lionel Logue para que lo ayude a superar su tartamudez.
Ambos traban amistad mientras trabajan juntos. Y cuando el hermano mayor del duque, Eduardo VIII, abdica al trono para casarse con una americana divorciada, el nuevo rey Jorge se apoya en Logue para que lo ayude a realizar la transmisión de radio en la cual Inglaterra declararía la guerra a Alemania en 1939.
En aquella época, en la que recién se había inventado la televisión, la radio era el medio por excelencia para transmitir las noticias. El rey Jorge VI era consciente de su limitación al momento de expresarse, por la tartamudez que sufría desde niño, pero también entendía que debía transmitir un mensaje de fuerza, compromiso y sobre todo, esperanza para el pueblo británico. Por eso, no podía darse el lujo de titubear y menos tartamudear durante su alocución.
Lo que entendió el rey Jorge VI hace más de sesenta años, nunca lo ha entendido el presidente Castillo. Solo basta escuchar la entrevista que le hizo Fernando del Rincón, periodista de CNN, para darnos cuenta de ello. Pero vayamos en orden.
La semana pasada hemos sido testigos de tres entrevistas que brindó el presidente Castillo, cumpliendo así con la “apertura a los medios” que él había prometido en diciembre pasado.
La primera entrevista, salió publicada en el semanario Hildebrandt en sus Trece, dirigido por el periodista César Hildebrant. Después de haber leído la entrevista, lo primero que salta a la vista es que las respuestas de Castillo han sido editadas. Tal vez el mensaje sea de Castillo, pero la gramática, la sintaxis y las palabras no lo son. Sabemos muy bien cómo se expresa Castillo cuando habla y cuántas palabras tiene su vocabulario, no creo que más de cien. Que no haya mencionado “al pueblo” más de tres o cuatro veces en toda la entrevista es impensable. Al margen de la forma, vemos con pena cómo un periodista que en su momento fue respetado por sus investigaciones y lo incisivas de sus preguntas, ha claudicado de manera grosera a su trabajo informativo y se ha dejado llevar por el apoyo a su ideología de izquierda en el ocaso de su carrera. No olvidemos que Hildebrant apoyó de manera férrea al gobierno comunista de Velasco.
La segunda entrevista que dio Castillo fue a Nicolás Lúcar, de Radio Exitosa. Hemos utilizado la palabra “entrevista”, cuando en realidad debemos usar el término “publi reportaje” para describir lo que hemos visto en los medios. Soy sincero al decir que esperaba poco de una entrevista de Lúcar a Castillo, pero lo que vimos los peruanos, rebasó la imaginación del más incrédulo. En momentos parecería que Castillo y Lúcar eran los anfitriones de la revista Casas & Cosas en donde mostraban el mobiliario de Palacio de Gobierno y los diferentes ambientes en donde vive el presidente. Además, de tutearse entre Lúcar y Castillo, lo que demuestra una falta de profesionalismo de parte del periodista, quedó claro que el mensaje que quieren transmitir los comunistas es el siguiente: en vista que Castillo no estaba preparado para ser presidente, ha tenido que pasar por un periodo de aprendizaje. Por ende, todo lo malo que ha ocurrido en estos primeros seis meses de gobierno, se debe a la falta de experiencia del mandatario y que él está aprendiendo de sus errores. Por lo tanto, todos los delitos cometidos, en realidad no son delitos, según la lógica comunista, sino simples errores que están siendo corregidos.
Lo mejor estaba todavía por llegar. El periodista de la cadena norteamericana CNN, Fernando del Rincón, entrevistó al presidente Castillo en Palacio de Gobierno a principios de la semana pasada, llevando al aire dicha entrevista en dos partes. Si después de ver la primera parte sentimos vergüenza al tener de presidente una persona tan limitada intelectualmente como Castillo, en la segunda parte sentimos una verdadera indignación al escuchar al propio presidente, abrir la posibilidad de un referéndum para entregar la soberanía de una parte de nuestro territorio y mar a Bolivia, para darles una salida soberana al mar.
Solo de manera breve, mencionaré que Castillo no supo responder cuando se le preguntó el motivo para cambiar la Constitución. Después de balbucear algunas respuestas incoherentes y ante la réplica del periodista quien le dijo que los cambios que Castillo proponía no requerían un cambio de constitución, sino que eran políticas de estado, Castillo echó mano a su respuesta universal: “el pueblo lo pide”. Al preguntársele sobre las reuniones con la lobista Karelim López y cómo era posible que una persona desconocida para Castillo pudiera organizar y pagar la fiesta de cumpleaños de su hija, primero respondió que no la conocía, no sabía nada de la fiesta y finalmente admitió que sí la había visto en palacio.
Cuando Del Rincón le preguntó a Castillo: ¿si Cuba era una dictadura? Este recurrió a otra de sus maniobras evasivas al replicar a su vez “habría que preguntarle a los cubanos”. Escuchamos la misma respuesta cuando se le preguntó sobre Venezuela o Nicaragua.
Para los que no votamos por Castillo, es una tristeza confirmar que teníamos razón cuando protestamos, marchamos o escribimos en contra de los comunistas para que estos no lleguen al gobierno. Ya sabemos quiénes son los grandes culpables. Los comunistas en el Perú nunca han tenido más del 20% de los votos, sin embargo gracias a los caviares y los cojudignos, es que llegaron a tomar el poder. Ahora nos toca a nosotros luchar para que se respeten nuestras libertades.
Como dice el himno británico: “Que Dios salve a la reina”. En nuestro caso tendremos que pedir: “Que Dios nos salve a nosotros de los comunistas”
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