Heriberto Bustos
Confrontación a la vista
En el Congreso y en el ámbito laboral
El discurso de asunción a la Presidencia de la República expuesto al país el 28 de julio, al igual que el grotesco espectáculo de la disputa interna por la nominación de los ministros (previa a su juramentación) sacudió el avispero, generando en distintos sectores respuestas que van desde desencantos y disconformidades, hasta alegrías a media cara. Veamos algunas reacciones (tomadas del Whatsapp) de quienes ingenuamente “apostaron por el cambio”: Juan anota: “Yo apoyé a Castillo ahora estoy totalmente decepcionado con el nombramiento de Bellido en la PCM. ¿Cerrón, Bermejo cavan… la tumba del presidente… tanto esfuerzo para esto?”.
Roberto lo reafirma: “Cavan la tumba del presidente? Cavan la tumba del país. Un chofer de Tico requiere mucha capacitación para ser chofer de tráiler; si no, en la primera curva el camión se va al abismo. De igual manera, para ser ministro se requiere de conocimiento, experiencia e inteligencia. Y el candidato por el que voté, no está demostrando ninguna de esas virtudes”. Rebeca, aún esperanzada anota: “…Perdone, conocimientos e inteligencia todos tenemos unos más que otros, pero la experiencia la encontramos en el campo de acción. Todos aprendemos con miedo y dolor, para nadie es fácil, pero tampoco es imposible…”.
Resulta lapidaria la afirmación de Daniel: “El primer acto de corrupción que comete un funcionario público, es aceptar un cargo para el cual no está preparado. Creo que para ser primer ministro se debe conocer administración pública y empresarial y espero que los ministros que ayer juramentaron tengan ese conocimiento, porque no son suficientes la inteligencia y las buenas intenciones”.
En escenarios laborales, como el magisterio, los docentes agremiados en los sindicatos magisteriales, afiliados y reconocidos regionalmente, fueron enfáticos al señalar que otorgarán al presidente 100 días de tregua; y si no cumple sus promesas, amenazan con irse a la huelga indefinida. Miguel Puescas, secretario general del Sindicato de Maestros de Piura (SIMA) señaló: “A Pedro Castillo no le vamos pedir por favor, sino a exigirle que cumpla su plataforma. Se comprometió a dar el 10% del PBI a la educación, el 30% a 35% de preparación de clases, devolución de aportes de la Derrama Magisterial y que enfrente la pandemia…”.
El planteamiento reivindicativo que enarbolan los SIMA Piura, Cajamarca, Lambayeque, Lima, Arequipa y otros, se relaciona con: aumentos a 1 UIT a docentes activos; devolución de los aportes de la derrama magisterial; pago al 100 % CTS; aumentos salariales a docentes cesantes y jubilados; pago del 30 y 35 % preparación de clases con y sin juicios; reestructuración del Minedu, reposición de docentes despedidos, investigación y sanción penal contra ex- ministros, directores o gerentes regionales de educación, UGEL, y funcionarios por actos de corrupción; así como la derogatoria de la Ley Reforma Magisterial. Aspectos frente a los que Juan Cadillo, antes de ser ministro, señaló su discrepancia.
Y mientras el SUTEP afirma que “hay niveles de generalidades e imprecisiones en el discurso presidencial”, la Dirección de Prevención y Solución de Conflictos de la Dirección Regional de Trabajo y Promoción del Empleo de Lima Metropolitana expide constancia de inscripción de la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenaco Perú).
En esta coyuntura previa a la confrontación, el Congreso debería otorgar confianza al desmerecido gabinete para luego ejercer su función fiscalizadora. Mientras los maestros buscan puntos de coincidencia y se reagrupan.
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