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Acaba de conocerse la muerte de Jorge Morelli Salgado, periodista de larga data en el diario Expreso, quien, al lado de Manuel D’Ornellas y Jaime de Althaus convirtieron al señalado diario, hacia finales de los años ochenta y durante los noventa, en un baluarte de la economía de mercado y las libertades en el Perú. Desde el 2014 Morelli fue uno de los fundadores de la plataforma web de El Montonero y escribió con regularidad una columna semanal, que se publicaba los días miércoles, hasta que la enfermedad lo terminó quebrando.
Sin lugar a dudas, “Coqui” (tal como lo llamaban sus amigos) era un guerrero incansable, defensor de las reformas económicas de los años noventa, que han terminado transformando el rostro económico y social del Perú. Morelli estudió Antropología y Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica (PUCP), y era un incansable lector de temas económicos y sociales, temas que desarrolló en una tesis académica para una maestría en Ciencias Políticas, sobre la baja gobernabilidad del sistema democrático del Perú..
A través de sus columnas, tanto en Expreso como en El Montonero, se revelaba un hombre culto, inteligente y agudo en el análisis. Pertenecía a esa raza de periodistas en los que resulta difícil diferenciar al intelectual del hombre de prensa, porque en sus textos se unían armoniosamente la agudeza y oportunidad del periodismo con la profundidad y el conocimiento académico del intelectual.
Morelli no solo era un hombre capaz de leer y analizar las obras de Hayek (en los últimos meses se le había dado por releer Camino de servidumbre), sino que durante toda su trayectoria, sus inquietudes sociales e intelectuales estuvieron vinculadas a la investigación de campo, a los procesos concretos. Por ejemplo, durante un almuerzo del 4 de octubre de 2022 –en el que participaron los empresarios Guillermo de Vivanco, Juan Villarán, y el periodista, Víctor Andrés Ponce– Coqui contó una anécdota que describe su vinculación a través de la antropología con el Perú profundo y los movimientos sociales “de abajo hacia arriba”.
Reunión del 4 de octubre de 2022. De izquierda a derecha: Juan Villarán, Guillermo de Vivanco, Víctor Andrés Ponce y Jorge Morelli
Sucede que durante el Gobierno de Juan Velasco Alvarado, Coqui y Jaime de Althaus se treparon a un viejo Volkswagen (esos escarabajos que ya no se ven) y viajaron a una comunidad de las alturas de Lima, para desarrollar trabajos de campo. Los jóvenes antropólogos se negaban a aceptar las leyendas colectivistas de la dictadura militar y fueron a investigar a las comunidades. En una de esas comunidades, había dos sectores poblacionales claramente diferenciados (los “de arriba” y los “de abajo”), con características culturales y étnicas diferentes. A poco de llegar a esa comunidad, y luego de las primeras entrevistas e investigaciones, Morelli y Althaus descubrieron que todas las llantas del Volkswagen habían sido desinfladas. Y cuando preguntaron por qué, la respuesta que recibieron es que los comuneros creían que los jóvenes limeños venían de parte del Gobierno a ayudar a uno de los sectores en conflicto. El velasquismo, pues, aparecía como un claro enemigo de las comunidades. En cualquier caso, la anécdota es reveladora de las inquietudes intelectuales del gran Coqui.
Jorge Morelli estuvo vinculado al movimiento fujimorista; no al fujimorismo en el poder, el de los años noventa, sino al fujimorismo que se desplegó luego de dejar el poder, el que sufría persecución por parte de ciertos sectores de la sociedad. En toda su trayectoria política, más allá de cualquier adhesión o rechazo, la decencia y austeridad de Jorge Morelli se notaban al primer golpe de vista.
Morelli perteneció a esa especie de periodistas que comienza a extinguirse, tanto en el Perú como en todo el planeta, en medio de la velocidad de las redes sociales. El periodista, el intelectual, el antropólogo se ha ido. Y analizando a las nuevas generaciones y al espacio público en general, se hace más notoria su ausencia.
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