Medio viraje del Gabinete Cateriano

El presidente del Consejo de Ministros (PCM), Pedro Cateriano, desarrolló su exposición ante el Congreso, en búsqueda del voto de investidura, marcando ciertas distancias del anterior Gabinete (presidido por Vicente Zeballos) en cuanto al papel y el protagonismo de la inversión privada en la reconstrucción del país, ante el avance de la pandemia y la la recesión. Más allá de que faltara un mayor espíritu autocrítico con respecto a los yerros acumulados en la contención de la pandemia y la profundización de la recesión –al igual que el Mensaje de Fiestas Patrias del presidente Vizcarra– es evidente que el nuevo Gabinete recuperó parte del sentido común y restableció los vínculos con la realidad.

Por ejemplo, en el tema sanitario se continuó con la política de sincerar las cifras de los fallecidos y se anunció que el presupuesto del 2021 considerará S/ 20,000 millones para el sistema salud, sobre todo para reforzar el sistema de atención primaria. Se insistió con el polémico proyecto del sistema unificado de salud y se anunció la convocatoria del sector privado al Comando Nacional del Covid. ¿Todos estos anuncios prefiguran una nueva estrategia? Parece que no, que todavía no está clara la idea de una estrategia comunitaria; es decir, la alianza del Estado con la sociedad, con sus organizaciones y representantes, para movilizar a los ciudadanos con objeto de aislar el virus en la comunidad, desarrollar seguimientos, confinamientos focalizados y aliviar el colapso del sistema hospitalario. En cualquier caso, la ministra de Salud, Pilar Mazzeti, está obligada a precisar por dónde van las cosas.

Pero en donde sí se notó el viraje es en el papel que el Ejecutivo atribuirá a la inversión privada en la reconstrucción del país, con frases como
“la inversión privada en una economía social de mercado es el motor fundamental del crecimiento económico sostenido…”. Asimismo, luego de que el PCM señalara que en el primer semestre de este año se registra un 40% de caída de la inversión privada, dijo que “este es un factor de riesgo para la recuperación económica en el corto y mediano plazo. La meta fijada este año por el Gobierno es revertir esta tendencia negativa de la inversión privada y recuperar, en el más breve plazo, los niveles de inversión previos a la crisis del Covid”.

A nuestro entender se trata de un pronunciamiento de sentido común, sobre todo considerando que la administración Vizcarra –desde el referendo pasado, las reformas constitucionales y el inconstitucional cierre del Congreso– viene desarrollando una lógica claramente en contra de la inversión privada. El populismo del Gabinete Zevallos –que promovió el Acuerdo de Escazú, formalizó las plataformas antimineras a través del sector Salud, estableció controles de precios indirectos en educación, y desató una guerra con el Congreso a través de iniciativas populistas– se ubica bastante lejos del mensaje de Cateriano.

En minería hubo afirmaciones categóricas. Cateriano señaló, por ejemplo, que la minería representa el 10% del PBI, el 60% de nuestras exportaciones y es una fuente decisiva de divisas. Utilizó la palabra “bendición” de los recursos naturales, en vez de las maldiciones y leyendas que suelen lanzar los colectivistas, los comunistas y los antimineros. En el caso de la agricultura, si bien no hizo una defensa abierta de Ley de Promoción Agraria –que pretende ser derribada por los colectivistas– sí habló de la urgencia de relanzar las inversiones en los proyectos hídricos (Chavimochic III y otros) para ampliar la frontera agrícola, con objeto de aliviar la pobreza y convocar a los capitales.

En el tema en que Cateriano parece haber sido arrinconada por el ala izquierda del Ejecutivo, o quizá por el propio jefe de Estado, es el de los créditos educativos para las familias golpeadas por la crisis, que él mismo anunció al asumir el cargo. El anuncio de 10,000 becas y 7,000 créditos educativos, en realidad, es un saludo a la bandera frente al medio millón de estudiantes de los centros privados afectados por la crisis económica. Lo que se viene, entonces, es una cadena de quiebras en el sector privado de la educación, que atiende un tercio de la matrícula de la educación básica y dos tercios de la superior. 

Ante una morosidad que oscila entre el 50% y 60% en los centros privados, se desatará una ola de quiebras de colegios, universidades e institutos. La pregunta que surge es, ¿cómo hará el Estado para absorber esta demanda de matrícula si ya se registra un 10% del PBI de déficit fiscal y la deuda pública ha crecido por encima del 35% del PBI? En este lado del mensaje, Cateriano aparece contra Cateriano.

En síntesis, un discurso que marca un cambio importante frente a los yerros e ideologizaciones anticapitalistas del Gabinete Zevallos. Pero también es evidente que el Gabinete Cateriano está luchando contra un ala izquierdista que sigue muy presente en Palacio.