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Muñeco de “cabecera de cuenca” sorprende a Fuerza Popular y Ejecutivo
Para nadie es un secreto que la izquierda mantiene una obsesiva intención de liquidar a la minería moderna, a pesar de que esta contribuye al desarrollo del país, a la creación de empleos y a la reducción de pobreza. Sin embargo, la noticia de que el Congreso de la República aprobó la Ley N° 30640 que modifica la Ley de Recursos Hídricos (Ley N° 29338), y que el Ejecutivo ya la promulgó a través de El Peruano, nos indica que en Fuerza Popular y el pepekausismo tampoco existe la suficiente consciencia sobre el papel de la minería en el desarrollo del Perú. La norma que comentamos posibilita que, mediante “criterios técnicos”, se considere como “cabeceras de cuenca” a determinadas zonas por encima de los 3,000 metros sobre el nivel del mar; y por extensión, como zonas reservadas para preservar “los acuíferos” de potenciales inversiones mineras, energéticas y de desarrollo (incluso carreteras).
El concepto de cabecera de cuenca es un muñeco armado por Marco Arana y el Frente Amplio, que pretende decirnos que la cabecera de cuenca es la fuente del agua que baja a los valles y pueblos y que, por lo tanto, debe preservarse de la minería. Decimos que es un muñeco sin sustento científico porque el agua que desciende para la agricultura y el consumo humano proviene, principalmente, de las lluvias. Por lo tanto, si se trata de cosechar agua, una política de desarrollo aconseja construir represas y reservorios de agua, tal como ha sucedido en todos los países desarrollados del planeta. El concepto de cabecera de cuenca solo le permitirá al radicalismo antiminero redoblar sus estrategias para paralizar la producción de cobre del Perú, habida cuenta de que casi todas las minas del Perú están por encima de los 3,000 metros.
Vale señalar que Marco Arana presentó, hace un tiempo, un proyecto de ley para la “conservación y protección de las cabeceras de cuenca mediante el establecimiento de los criterios técnicos para su identificación y delimitación”. Este proyecto fue aprobado en la Comisión de Pueblo Andinos, Amazónicos y Afroperuanos del Congreso —dirigida por la también izquierdista María Elena Foronda—, y su objetivo era declarar la intangibilidad de las cuencas hidrográficas respecto a actividades humanas que “pongan en riesgo” la sostenibilidad, disponibilidad y calidad del agua. Este proyecto modificaba el artículo 75 de la Ley de Recursos Hídricos N° 29338. Bueno pues, resulta que el 16 de agosto pasado la Ley N° 30640 asumió los criterios de Arana y fue publicada en El Peruano. La señalada ley lleva la firma de Luz Salgado como presidenta del Congreso y del presidente Pedro Pablo Kuczynski y del ex jefe de Gabinete Fernando Zavala, respectivamente.
¿Cuál es el sentido de la modificatoria de la Ley de Recursos Hídricos? Se indica que "el Estado reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las cabeceras de cuenca donde se originan cursos de agua de una red hidrográfica”. Igualmente la norma señala que desde ahora se “debe elaborar un Marco Metodológico de Criterios Técnicos para la Identificación, Delimitación y Zonificación de las Cabeceras de cuenca de las Vertientes Hidrográficas del Pacífico, Atlántico y Lago Titicaca".
Volvemos a insistir. En la izquierda antiminera se ha inventado el muñeco de las “cabeceras de cuenca” porque se argumenta que en estas áreas nacen o se alimentan los ríos. Semejante afirmación es un contrasentido porque los ríos se alimentan o nacen por las lluvias y las nubes, a través de lo que se denomina el “ciclo del agua”. ¿Con qué “criterios técnicos” se “identificarán y delimitarán” las llamadas “cabeceras de cuenca”, si no se reconoce que los ríos nacen por el “ciclo natural” del agua? ¡Habrase visto!
¿Qué sucederá ahora con la minería moderna ante la promulgación de esta ley? Pues ningún proyecto minero podrá desarrollarse sin tener claro si la zona geográfica es una “cabecera de cuenca”. Pero no solo eso, esta norma representa una nueva barrera tramitológica contra las inversiones. Además abre la posibilidad que la izquierda llame a cualquier cosa cabecera de cuenca, y que ningún proyecto se desarrolle. En suma: adiós Michiquillay o Conga.
Se puede entender que la izquierda sea antiminera porque quiere arrastrarnos hacia el estatismo. Pero que Fuerza Popular y el Gobierno pepekausa avalen una ley que pondría en jaque los proyectos mineros y originaría mayores conflictos sociales es incomprensible para nosotros.
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