La censura del ministro de Energía y Minas, Rómu...
Entre los argumentos que se ha planteado para censurar a la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), Betssy Chávez, se ha señalado a la inefable autorización del sector para que los controladores aéreos desarrollaran una huelga en plena Semana Santa. Según los voceros gremiales de las cámaras de turismo, las pérdidas generadas por esa huelga fueron enormes.
Sin embargo, a nuestro entender, existen otros argumentos que deberían considerarse para formar una mayoría en el Congreso que proceda a censurar a la titular del MTPE. La decisión no solo se justifica por la huelga de los controladores aéreos, sino también porque su gestión se ha caracterizado por violar la Constitución, las leyes nacionales e incluso los tratados internacionales. La llamada “Agenda 19” –que impulsa el MTPE con el objeto de aprobar un nuevo código laboral sin consultar al sector empresarial–, en realidad, se ha propuesto colectivizar las relaciones laborales, como si en el país no rigiera la Constitución de 1993 ni los acuerdos internacionales laborales.
Los promotores de la Agenda 19 se imaginan un mundo laboral con sindicatos que negocian por rama, como si el Perú hubiese experimentado todas las revoluciones industriales del mundo desarrollado y sin considerar que más del 85% de trabajadores está en la informalidad.
Pero no solo se trata de proyectos de nuevos códigos. En el MTPE se ha incrementado el sueldo mínimo vital y se ha derogado la tercerización laboral sin consultar con el sector empresarial ni convocar al Consejo Nacional del Trabajo (entidad tripartita, conformada por el Estado, los trabajadores y los empresarios). Unilateralidad que, incluso, ha significado un llamado de atención de la Organización Internacional del Trabajo. ¿Cómo entonces puede permanecer en el cargo una ministra que considera que el sector empresarial –la fuente de empleo y recursos fiscales– es enemigo de los peruanos?
Tal como nos preguntamos en el caso de las declaraciones antimineras de la Vicepresidente Dina Boluarte en el Foro de Davos, ¿la posición de la titular de Trabajo en contra del empresariado es por desconocimiento o por una estrategia frontal del Foro de Sao Paulo?
Si el sector privado aporta el 80% de los ingresos fiscales y provee más del 80% del empleo, ¿cómo alguien puede tener una visión abiertamente antiempresa? A menos que se pretenda la destrucción de la inversión privada y el empobrecimiento general de la población como paso previo para políticas populistas, expropiaciones del sector privado y centralización del poder a través de una asamblea constituyente.
Todo indica que la ideología y la estrategia política se imponen en la conducción del MTPE. Frente a los afiebrados proyectos del sector Trabajo vale recordar que los países que han alcanzado los niveles más bajos de desempleo son aquellos en donde existe la más absoluta flexibilidad laboral para contratar y despedir. En estos países la legislación laboral es abiertamente proempresarial, porque se reconoce que el empresario es quien invierte, innova y crea empleo. Es decir, es el motor de cualquier economía.
Sin embargo, en los países con mayor flexibilidad laboral se produce un efecto virtuoso inesperado: hay tanto empleo que los buenos trabajadores se convierten en los dueños de sus horas de trabajo y decisiones de empleo. Es decir, trabajan donde les va mejor. Algo así sucedió en las regiones agroexportadoras del Perú cuando el régimen de flexibilidad laboral de la Ley de Promoción Agraria creaba el pleno empleo. Una ley que nadie entiende por qué fue derogada.
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