Manuel Gago
Yaku destruyó la mentirosa “cabecera de cuenca”
Una antojadiza tesis creada para destruir la economía
Para los ambientalistas ideológicos –agrupados en oenegés subvencionadas por intereses extranjeros– los ríos “nacen” en las cuencas altas, a 3,000 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). Esta afirmación no es gratuita, sirve para declarar la zona andina libre de aprovechamiento de los recursos naturales.
Con el cuento de la “cabecera de cuenca” intentan destruir la economía nacional bloqueando las actividades mineras y otras inversiones necesarias para mejorar la vida de las personas. Sin evidencias científicas, afirman que el agua es insuficiente para la agricultura, ganadería y consumo humano y, por tanto, su uso en la minería y otras actividades productivas debe estar restringido.
Pero la mentira tiene patas cortas. En realidad la minería consume el 1.5% del total de agua y las poblaciones urbanas el 7.0%. Además gran parte del agua es desperdiciada en el mar por la falta de reservorios, cochas, diques, canales de distribución e infraestructura hídrica. Si estas obras productivas existieran, la prevención de los desastres –ocasionados por las avalanchas e inundaciones– se sumaría al aprovechamiento del recurso hídrico.
Los extremistas que asaltaron e incendiaron las minas Inmaculada, Apumayo, Breapampa y Pallancata, en Ayacucho, en noviembre del 2022, justificaron sus acciones diciendo que protegían las “cabeceras de cuenca” de sus lugares, donde –según ellos, obviamente engañados– se originan la corrientes subterráneas y los ríos. Vale señalar que un 80% de las actividades mineras peruanas se realiza sobre los 3,000 m.s.n.m. señalados.
Pues bien, el ciclón Yaku se encargó de destruir el relato falso planteado por el ex congresista Marco Arana, dueño de la ONG antiminera Grufides. Según el dueño del Movimiento Tierra y Libertad, y líder del fantasmal partido Frente Amplio, las fuentes hídricas –ríos, lagos, lagunas, bofedales, puquios, corrientes subterráneas y demás– “nacen” sobre los 3,000 msnm y, por tanto, es obligación del Estado proteger el recurso natural desde su fuente de origen. Sin ningún rigor científico, el relato de las “cabeceras de cuencas” es claramente falso, un invento con propósitos antiperuanos. Yaku lo bajó del pedestal sin tanta “narrativa”.
Por las recientes lluvias se desembalsaron reservorios naturales de las partes altas de la costa norte, muy debajo de los 3,000 msnm. Los enemigos ideológicos de la minería (la principal fuente de ingresos nacionales), niegan el ciclo hídrico natural enseñado en el curso escolar de geografía: las aguas de los mares, ríos, lagos y lagunas se evaporan formando nubes para luego condensarse y ocasionar lluvias. Es un ciclo natural perpetuo. Los vientos traen y llevan las nubes causantes de las lluvias estacionales y las producidas por fenómenos extraordinarios y, sobre todo, predecibles.
Es evidente –por las imágenes difundidas– que el ciclón Yaku ha originado nuevas vertientes ocasionales en lugares ubicados alrededor de los 1,000 m.s.n.m. Una vez más la antojadiza tesis antiminera es destruida por hechos reales.
Los ambientalistas marxistas generan miedos. Les hacen creer a los despistados que el agua se acabará pronto y, por tanto, se debe impedir a toda costa su uso industrial. No dicen que el agua procesada, para uso humano, es insuficiente por la ausencia de plantas potabilizadoras. Y que estas no existen porque las autoridades locales y regionales, relacionadas con los ambientalistas, dejan pendiente esa tarea por su espantosa ausencia de capacidad técnica y de gestión.
Después de El Niño del verano 2016-2017, cinco quebradas y 17 ríos de la costa norte fueron identificados como orígenes potenciales de huaicos e inundaciones, “nacientes” de nuevas fuentes hídricas si, y sólo si, se controlan los posibles desbordes y avalanchas. Dicho sea de paso, en esos lugares no se hizo nada con la información seguramente archivada, esperando que otra consultoría millonaria contratada por el Estado diga lo mismo.
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