Pozzi-Escot: la prueba de coraje de la entrevista

La entrevista periodística es una prueba de coraje, porque es la obligación de hablar con la verdad, y con la técnica de la verdad. Michel Foucault podría decir que la entrevista es un diálogo que obliga al entrevistador y al entrevistado a la parresía, porque está en juego el ethos y la actitud moral del entrevistador y del entrevistado.

Sol Pozzi-Escot Noriega ha publicado un libro de entrevistas, cuya ficha técnica es la siguiente: Prueba de coraje. Conversar en el Perú. Lima: Editorial Summa. 2024. El libro contiene treintaiún diálogos con destacados políticos, intelectuales y artistas, entre ellos su padre Mario, que es un reconocido cineasta alternativo. Precisamente, el mayor procedimiento dialógico de parresía en el libro, se da en la conversación entre Sol y Mario, entre padre e hijo. Foucault enseña que la parresía es “el coraje de la verdad en el que habla y corre el riesgo de decir; a pesar de todo, toda la verdad que piensa; pero es también el coraje del interlocutor que acepta recibir como verdadera la verdad hiriente que escucha”. 

Para el maestro francés, la parresía, como para nosotros, la entrevista, es una de las técnicas fundamentales para el cuidado de sí mismo y para transmitir discursos verdaderos. La parresía, como la entrevista, tiene dos enemigos naturales, que suelen presentarse: la adulación y la retórica, una como enemiga moral y la otra como enemiga técnica. En la entrevista, la adulación se produce cuando uno de los interlocutores se encuentra en posición inferior respecto del otro que habla con poder y busca hacer depender de sí al adulado; y, la retórica se produce cuando uno de los interlocutores tiene por finalidad persuadir al otro, y al lector, pero no desea establecer la verdad, para lo cual podría habla con reglas de lenguaje, pero no con reglas de la verdad, ni de la prudencia. Sol es un joven que entrevista con parresía, es decir, con coraje y técnica para decir y hacer decir verdades, en la sección cultural del diario Expreso. 

Pero él, a su condición de entrevistador, le suma otra virtud: Es un excelente cronista. Foucault, en el procedimiento de la parresía, implica el diálogo entre el maestro y el discípulo. En este libro, el mayor acto de parresía está implicado en el diálogo entre el hijo y el padre: Aquí la palabra parrésica de Sol: “Mario Pozzi-Escot es mi papá, mi viejo. Y hace cine, su cine, de manera independiente, con la determinación y tenacidad que yo quisiera para mi propio futuro. Me concede la entrevista para la que me he estado preparando desde que, de niño, era su asistente de rodaje”; y aquí la palabra parrésica de Mario: “El reto es no caer en el juego oficial. Ser independiente, ser alternativo, es una forma de vida, que va en paralelo a mí, a mi forma de expresarme y hacer mi cine, que no depende del gran público… mis expresiones a nivel cinematográfico tienen, en ese sentido, un público restringido. Es experimental, yo soy resistente a esa versión del cine comercial, de ese cine que depende de las líneas políticas reinantes de la coyuntura, del Estado”.

Sol Pozzi-Escot tiene parresía, o el coraje para encontrarse a sí mismo, para encontrar a su padre y para encontrar a otros, en sus entrevistas, porque asume el deber y la técnica de la verdad.