Miguel Pons
Por qué votaré por PPK
Alegato a favor de candidato de Peruanos por el Kambio
Votaré por PPK y no diré por qué no votaré por otro candidato a la Presidencia de la República, pero afirmo que el Perú no está para aventuras demagógicas ni oportunistas. La crisis económica mundial es una amenaza real y lo que se necesita hoy es un economista con experiencia comprobada que sepa capearla y no discursos esperanzadores de inexpertos. PPK ha sido un ministro de economía exitoso. Sus vice presidentes son la economista Mercedes Aráoz y Martín Vizcarra, un exitoso presidente regional. Para los pesimistas que le achacan su edad a PPK parecen ignorar que otros mandatarios exitosos en el mundo han sido mayores que él. La experiencia de vida es tan válida como sus pergaminos.
Quienes lo acusan de no ser peruano no conocen la Constitución Política del Perú que dice expresamente que la nacionalidad “no se pierde, salvo renuncia expresa ante autoridad peruana” y si fuera en el extranjero la autoridad sería un Consulado del Perú. PPK no renunció. Más aún, la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que una persona puede tener una o más nacionalidades a condición de que ejerza una en el país en que se encuentre. Si PPK tomó la nacionalidad de los Estados Unidos de América era porque la ley se lo exigía para desempeñar ciertos cargos y porque debía pagar impuestos en ese país. ¿Hay algún peruano que no quisiera tener la nacionalidad americana y emigrar a ese país? Los cientos de miles de peruanos que la poseen y residen allí son el vivo testimonio hecho realidad.
PPK exhibe otros méritos propios y heredados. Su experiencia prolongada en organismos económicos internacionales, banca privada y empresas privadas extranjeras lo ha dotado de conocimientos que no se adquieren de otra forma sino en la práctica. Lo demás es pura teoría.
Su vinculación con el Perú es bastante más sólida y temprana en su vida. Su padre Maxime Kuczynski-Godard, nacido en Alemania donde estudió Patología y Medicina y trabajó en universidades e institutos en Berlín, emigró al Perú en 1936 invitado por el gobierno peruano que lo nombró Superintendente de la Región Oriental del país y trabajó en el leprosorio San Pablo e investigó sobre la salubridad de la región.
PPK lo acompaña por temporadas. Maxime realiza estudios sociales en los Andes peruanos y publica cuatro trabajos titulados “La Pampa de Ilave y su Hinterland” (1944), “Encuestas Médico-Sociales de Sierra y Montaña” (1945), “Un latifundio del Sur: una contribución al conocimiento social” (1946) y “La vida bifronte de los campesinos ayacuchanos” (1947). La Universidad de San Marcos y COFIDE publican dos libros que recogen su obra: “”La Vida en la Amazonía Peruana” y “Los Andes Peruanos”. Se adelantó a su tiempo y afirmó que “no existen las razas humanas sino tipos humanos” que es universalmente aceptado y provino de sus experiencias de selva y ande. Falleció en 1967 dejando un legado médico-social impresionante que lo vinculó emocional y profesionalmente al Perú. Esa es la herencia de amor al Perú que recibió PPK y puede decirse sin vacilación: “de tal padre, tal hijo.”
PPK podría residir en los Estados Unidos o en Europa, pero decidió servir al Perú y trasladar su valiosa experiencia desde la Presidencia de la República. No es un político y en buena hora que no lo sea. Políticos sobran, lo que falta es un estadista y ese es PPK.
La envidia es uno de los “siete pecados capitales” y los éxitos profesionales de unos les duele a otros.
No es tiempo de indecisiones. El 10 de abril concurriremos a las urnas para elegir al equipo que gobernará en los próximos cinco años. No malgastemos la oportunidad de elegir al mejor. Una equivocación nos condenará a sufrir un gobierno de incapaces durante cinco años. La experiencia del actual gobierno es el ejemplo del fracaso en el poder.
Por Miguel Pons-Couto
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