Miguel Pons
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Sobre la candidatura de Verónica Mendoza
Ha nacido una nueva versión de esa izquierda maniquea que se denomina a sí misma con el ampuloso nombre de Frente Amplio. La integran Tierra y Libertad, Partido Comunista del Perú, el Partido Socialista del Perú y los llamados “movimientos” tales como el de Afirmación Social. La CGTP, cuando no, también está, cual si fuera un partido político.
Con apenas treintaicinco años cumplidos, Verónica Mendoza postula a la Presidencia de la República. Peruano-francesa, cuzqueña, congresista del Partido Nacionalista, nicho que usó para iniciar su breve carrera política y del que es hoy tránsfuga. Desde el año 2006 cumplió funciones partidarias como coordinadora de comités de apoyo internacional (2007), Secretaria de Prensa de Juventudes (2009) y vocera de la Comisión de la Mujer (desde 2010). ¿Qué comités de apoyo internacional y con qué países coordinó? ¿Será con Venezuela?
Derrotó en las elecciones internas al el ex cura Marco Arana fundador del Partido Tierra y Libertad, quien recibe millones de dólares y euros en donaciones de ong´s extranjeras a las cuales embauca haciéndoles creer que es ambientalista y usa ese dinero para realizar movilizaciones contra la minería formal, mientras cierra un ojo sobre la ilegal que viola todas las normas ambientales, destruye bosques, contamina las aguas de ríos y el aire y exporta ilegalmente el oro que extrae.
Este matrimonio de conveniencia entre agitadores antimineros ensaya repetir la hazaña de la extinta Izquierda Unida de mediados del siglo pasado y ahora intenta aglutinar a los antisistema que rechazan el neoliberalismo que promueve la inversión y ha reducido la pobreza de millones de peruanos que no tienen la más remota idea de qué es izquierda pero que conoce a los agitadores.
El modelo político que quieren imponer al Perú es el de la Venezuela de los fascistas Chávez y Maduro que ha llevado a ese riquísimo país a la ruina y a su pueblo al hambre al que califican de democrático porque ambos fueron elegidos y Vero (como gusta que la llamen) tiene el cuajo de acusar a Leopoldo López de “golpista”. Esto es el mundo al revés. No admite que el gobierno de Maduro es una dictadura totalitaria que amenaza y encarcela a sus opositores, que controla todos los organismos del estado que intentan declarar ilegales las decisiones de la Asamblea en la que tiene una minoría de representantes.
Los izquierdistas parecen no haberse enterado que el comunismo desapareció con la caída del Muro de Berlín, de la URSS y de la independencia de los estados sometidos por ella. Hoy son estados capitalistas.
La izquierda nunca entendió las aspiraciones del pueblo porque los social-comunistas eran de clase media, como siguen siendo, y solo aspiraban a una curul en el Congreso para tener una pensión vitalicia y desde donde lanzar al vacío sus proclamas revolucionarias sin más sustento que sus ambiciones personales de poder. Proclamaban desde su sitio de clase media la lucha de clases y la consiguiente guerra popular pero les faltó testosterona para hacerlas.
Y cuando Sendero Luminoso y el MRTA materializaron la violencia que esa izquierda pregonaba ella fue sepultada para siempre y no ha levantado ni levantará cabeza.
Lo que sigue es una cita que contiene la opinión contundente de Javier Diez Canseco, un honesto político de izquierda, quien dice que la Izquierda Unida fracasó por el “Distanciamiento con respecto a las clases populares, que se explica por su imposibilidad de conformarse como un frente de masas …”y “… por el hegemonismo, el caudillismo , y creer que los partidos eran dueños de una visión científica, y, por lo tanto, infalible de la política y la vida social.”
Marxismo-leninismo-estalinismo-maoísmo no fueron ciencia sino creencias. Y aún hay algunos, aunque pocos, crédulos.
Aun así, Vero aspira a ser presidente. De locas ilusiones también se vive.
Pero hay más que decir y se dirá en su momento.
Por: Miguel Pons Couto
COMENTARIOS