Cecilia Bákula

Perú y Machu Picchu en Boca Ratón

La exposición “Machu Picchu y los imperios de oro del Perú”

Perú y Machu Picchu en Boca Ratón
Cecilia Bákula
24 de octubre del 2021


Presentar una visión de la riqueza natural y cultural del Perú, país tan rico y diverso, resulta siempre un reto que parece imposible. No obstante, esas sensación que muchas veces viví en carne propia, me complace invitar a que se visite esta exposición y compartir algunos detalles importantes y sugerentes de este gran evento cultural.

No cabe duda que la “reclusión” a la que nos vimos sometidos por la pandemia del covid- 19 afectó, y en mucho, las actividades culturales. Pero la exposición que reseño, se había venido organizando, pensando y soñando con muchísima anticipación. Como siempre, estos esfuerzos que culminan con éxito, no son obra de una persona, sino de un equipo técnico, emprendedor y multidisciplinar bien afiatado.

El título de la exposición es de por sí sugerente: “Machu Picchu y los imperios de oro del Perú” pues, para el mundo entero, la palabra Perú se asocia a la exquisita orfebrería en oro que nos legaron las culturas que precedieron al mundo Inca. Con una elección de 192 objetos, provenientes casi en su totalidad de las exquisita colección que posee el Museo Larco en Lima, y algunas otras provenientes del Museo de sitio de Machu Picchu, se logró dar una visión de conjunto a más de 3,000 de riqueza, poderío, producción, organización y excelencia.

El montaje de los objetos de cerámica, excelente cada uno, va acompañado con suficiente información teórica, pero con una serie de elementos técnicos como videos, luces de precisión, dibujos, diagramas que permiten al visitante, que podría no ser un gran conocedor de nuestra historia, involucrarse con la belleza y la observación de los detalles más destacados de los objetos, en asociación con rituales y realidades de cada universo cultural.

El gran protagonista es Machu Picchu; gracias a extraordinarias, sobresalientes y únicas imágenes tomadas con sistemas de altísima resolución y con equipos de última generación, se le presenta al visitante una visión absolutamente sorprendente del conjunto de Machu Picchu. Visto desde el aire y con acercamientos a laderas y sectores que no podemos apreciar en una visita regular, se logra realmente descubrir la magnificencia de esa obra humana, hecha contra toda posibilidad, lograda contra toda “lógica” pero sustentada en criterios técnicos avanzadísimos que hoy no pueden dejar de seguir sorprendiéndonos. Orgullo patrio, responsabilidad nacional, tesoro de la humanidad.

Y es que el Perú es así: capaz de las más grandes obras humanas y sociales cuando el empeño está bien afiatado y el liderazgo motivacional surge como una luz o pauta que conduce a grandes logros.

Ésta es una extraordinaria exposición que busca unir la simple observación que un visitante puede tener con cierta distancia informativa respecto a los objetos, con formas novedosas de asociación, con técnicas visuales y sonoras que facilitan el descubrir detalles y enlazar datos que, al final, se convertirán en recuerdos positivos de la riqueza cultural del Perú y motivarán, sin duda, la búsqueda, cual necesidad vital, de las formas de venir al país para tener una experiencia vital y personal más profunda. Quizá ese es el objetivo: que se descubra al Perú rico en historia, rico en naturaleza, rico en manifestaciones culturales que siguen estando presentes en los peruanos de hoy, que nos sabemos dueños y herederos de una riqueza que nos enorgullece y obliga por amor.

No hay quien salga de esas salas sin asombro y, además de la misma exposición de objetos, se ha añadido, por primera vez en un evento asociado al Perú, la posibilidad de vivir una experiencia de realidad virtual que permite a los visitantes que lo deseen, realizar un vuelo y una visita virtual a todo el conjunto monumental de Machu Picchu que, a un a los peruanos, que creíamos conocer el lugar, nos deja cargados de emoción, asombro y respeto.

Como siempre, hay personas que en silenció están detrás de estos logros y, sin que la mención que hago sea justo ni total, no puedo dejar de expresar gratitud a Andrés Larco Álvarez Calderón, Anthonny Tann, Terry García, Andres Numhauser y, por supuesto, debo una mención especial a la tenacidad y constante fe en este proyecto, que por años impulsó Joe Koechlin. La labor de extraordinaria curaduría, por cierto, corresponde a Ulla Holmquist y Carole Fraresso.

Lo cierto es que detrás de cada nombre, hay un pequeño ejército de personas que en su humilde anonimato, permiten que se arribe a logros como éste que pone al Perú en la cima de la apreciación que queremos que tenga. A cada uno, gracias. Su recompensa será siempre trabajar por amor al país y ser ese grano de arena que siempre suma para crear las playas ricas del futuro.

Cecilia Bákula
24 de octubre del 2021

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