Cecilia Bákula

El APEC, importante oportunidad para el Perú

Reunión internacional tuvo como lema “empoderar, incluir, crecer”

El APEC, importante oportunidad para el Perú
Cecilia Bákula
18 de noviembre del 2024


El Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico –APEC por sus siglas en inglés (Asia Pacific Economic Cooperation)– fue establecido en 1989 para promover la cooperación económica en la región. Está conformado por 21 economías asociadas al Pacífico y, si bien no es igual la magnitud entre ellas, el objetivo común es el crecimiento de la región Asia Pacífico en beneficio de los millones de habitantes de esa región. Son miembros de APEC: Australia; Brunéi Darussalam; Canadá; Chile; China; Hong Kong, China; Indonesia; Japón; Corea del Sur; Malasia; México; Nueva Zelanda; Papúa Nueva Guinea; Perú; Filipinas; Rusia; Singapur; Taipéi Chino; Tailandia; Estados Unidos y Vietnam, economías que desde el inicio del Foro asumieron conjuntamente el objetivo de promover la prosperidad para los habitantes de sus respectivos países gracias a la integración económica y la promoción de un crecimiento equilibrado que asume la sostenibilidad y la innovación como propuestas compartidas por todos. Y en ese sentido, los integrantes del Foro asumen responsablemente la implementación voluntaria de las decisiones que se toman.

El Perú ha presidido APEC en tres oportunidades, y para cada ocasión se ha elegido un lema que busca ser la directriz de cada una de esas reuniones que, como podemos imaginar, tienen mucho trabajo previo y mayor aún a posteriori cuando se deben implementar los acuerdos tomados. En el 2008, cuando el Perú asumió por primera vez este importante Foro, se optó como lema "Un nuevo compromiso para el desarrollo del Asia Pacífico" en tanto estábamos iniciando con el mundo entero, una forma nueva, muy amplia y distinta de entendimiento y negociación. En el 2016, el lema elegido fue “Crecimiento de calidad y desarrollo humano” y para el presente año, en que nuestro país asume por tercera vez la presidencia de APEC, el lema que ha regido las propuestas y acciones ha sido “Empoderar, incluir, crecer.”

Presidir APEC no es poca cosa; es una responsabilidad inmensa pues pone a nuestro país en la mira positiva de inversión de las grandes economías mundiales y además, se le reconoce como país capaz de organizar y llevar a cabo, hasta en los más mínimos y complejos detalles, las reuniones que tienen lugar, sabiendo que, quizá por pocas horas, coinciden en el Perú las más altas autoridades del momento, gobernantes y autoridades con inmenso poder y capacidad de gestión y acción. Esta tercera presidencia le permitirá al Perú, impulsar sus prioridades orientadas a fomentar oportunidades en el ámbito del comercio e inversión y así incorporarse a la voluntad de dar cumplimiento a lo que se conoce como los Objetivos de la Visión de Putrajaya, orientados a una visión de largo alcance pues la meta quedó fijada para el 2040. Cabe señalar que, inicialmente, las metas de APEC quedaron fijadas desde la reunión en Bogor para el 2020 y ahora, se ha propuesto una proyección muy interesante para ser cumplida y revisada en el 2024, habiéndose formulado, entre otros temas, la siguiente visión: ser “Una comunidad Asia–Pacífico abierta, dinámica, resistente y pacífica en 2040, para la prosperidad de todos nuestros pueblos y de las generaciones futuras.”

Desde esa perspectiva, las prioridades de atención, discusión e implementación se orientan en tres grandes derroteros: 1.- Lograr un comercio e inversión para un crecimiento inclusivo e interconectado; 2.- Lograr la innovación y digitalización para promover la transición a la economía formal y global y 3.- Alcanzar un crecimiento sostenible para un desarrollo resiliente. 

En tanto vivimos en una situación política y social exacerbada y que, a mi criterio, ha habido poca información masiva respecto a lo que APEC significa para el Perú, esa necesaria información que debió ser una labor docente, se ha preferido una actitud de control férreo, conminatorio asociado a una radicalidad en la gestión de la población limeña en estos días y ello nos habla no de eficiencia sino de temor. Temor a la propia pequeñez pues el país como tal, no es visto por las muestras de oposición a Dina que no han de ser entendidas como una oposición a APEC que, como Foro y compromiso, sino a la incapacidad del gobierno de turno para llevar las riendas del país por ello, son inoportunas y sin resultado las manifestaciones de política local que pudiera haber en estos días. Lo cierto es que desconocer la importancia de APEC para el Perú o creer que se podría evitar su realización, es pretender ver la realidad con anteojeras, destinando la visión a lo pequeño, mirando hacia atrás y no hacia el futuro y obviando ver la magnitud de la aplicación de las posibilidades que, sin duda, no las verá nuestra generación, pero han de quedar como cimientos de desarrollo para el futuro.

No dudo que las potencias económicas que rigen ahora en mundo y cuyas máximas autoridades se encontraron en este Foro en nuestro país, son las que obtendrán mayores beneficios económicos, pero el solo hecho de poder obtener la atención de esos polos de desarrollo y de permitir, aunque sea costoso, la implementación de inversión en el país, es ya una ganancia. Si el Perú quisiera ser, como merece, una potencia y si lográramos tener una meta cierta, leyes que se cumplen y autoridades dignas de ejercer su mandato, otra sería nuestra historia y otro nuestro posicionamiento en el mundo mismo de APEC.

Al Perú no le falta nada; solo debemos proponernos y liderados alguna vez próxima con experiencia, honestidad y mano firme, lleguemos a ser una potencia desarrollada y, aunque suene duro y extremo, aquellos que luchan contra ese futuro, están y estarán fuera de la historia y, como se ha dicho, traicionan el derecho al progreso de las grandes mayorías.

Ser parte de APEC tiene para el Perú beneficios objetivos como insertarse en la economía global, afianzar relaciones comerciales y financieras, acceder a nuevos mercados, lo que ha sido evidente pues hemos dejado de ser meros exportadores de materia prima, son posibles en mejores condiciones, los tratados de libre comercio, se logran oportunidades de cooperación en muchos ámbitos, se promociona la actividad turística en la que el Perú tiene una oferta imbatible y que genera importantes ingresos nacionales.

En esta oportunidad, ha resultado de la mayor importancia la presencia del presidente Biden quien está a punto de dejar la presidencia de los Estados Unidos luego de un proceso electoral que ha superado todos los récords de votación hacia un candidato del partido opositor y, sin duda, sobresale la presencia del presidente chino Xi Jinping porque con su presencia en Lima se procedió a la inauguración del imponente puerto de Chancay que ha de marcar un hito en el crecimiento del comercio marítimo y el fortalecimiento comercial del Perú en estas costas. Cierto es que la bonanza no llegará como por arte de magia, ni están dadas todas las acciones destinadas al excelente servicio que debe prestar el nuevo puerto, pero, sin duda alguna, la realidad es que estamos en los albores de una nueva experiencia y vivencia que nos abre la esperanza de un mañana halagüeño.

Cecilia Bákula
18 de noviembre del 2024

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