La cultura vista desde Estados Unidos

Recientemente tuve el privilegio de asistir a un foro convocado por la Fundación EU-LAC, organismo de la Comunidad Económica Europea que tiene entre sus funciones y razones de ser la de convertirse en un facilitador para el mejor entendimiento entre ambas regiones. El foro, realizado en la ciudad de Lisboa, tuvo como título y tema central "Propuestas y recomendaciones para iniciativas culturales EU-LAC”.

Así, se reunieron representantes de casi todos los países de ambas regiones, en un diálogo abierto y reflexivo. Además hubo una voluntad de hacer una lectura de atrás hacia adelante, hacia el futuro, para comprender las acciones bien hechas y propiciar quehaceres dinámicos para el real acercamiento y comprensión de las realidades culturales de ambas regiones. Se organizaron tres grupos de trabajo cuyos temas de interés central eran la promoción de nuevas industrias culturales y creativas, las acciones globales en el campo de la cultura y la necesaria reflexión sobre la herencia y patrimonio cultural.

La formulación inicial de este foro resultó sorprendente —por lo menos para mí—, pues se planteó la necesidad de implementar más y más el acercamiento cultural y social. Para ello se partió de la premisa, lógica por cierto, de la igualdad entre los pueblos de las regiones. De ahí se vio la necesidad de hacer desaparecer la percepción de algunas culturas o pueblos superiores, y de identificar el tema de la colonización cultural.

Sí me pareció evidente —al analizar las semejanzas y diferencias, las realidades, aportes, necesidades y expectativas de ambas regiones— que existe semejanza en la existencia de muchos problemas respecto a la acción cultural, y la dificultad de aprehender conscientemente la riqueza de la pluriculturalidad. Y esto en relación, principalmente, a las olas migratorias y el mestizaje, como realidad inacabable, frente a la defensa, natural y necesaria, de las raíces "propias" de lo que sustenta la identidad cultural de los pueblos. Quizá algo que marca diferencia es que en una región existen recursos técnicos muy avanzados y un larga historial de mecenazgo que, en nuestra región, son temas incipientes.

Quedó clara la avidez de Europa por conocer más la esencia de nuestra cultura milenaria, el interés en acercarse a una experiencia viva con nuestras raíces originarias. Por ello, se entiende muy bien la formulación teórica de inicio del foro. "Igualmente es necesario reconocer la cultura como un elemento de cohesión social y transformación que contribuye a nivel birregional, no solo para abordar los problemas de integración y preservación de identidades, sino también para proporcionar recursos para el desarrollo humano y el crecimiento económico".

En la medida en que la Fundación EU-LAC responde a los postulados de la Comunidad Económica Europea, debe alcanzar a las más altas instancias de la Comunidad las conclusiones a las que se arribó, trabajadas a conciencia por técnicos y expertos que comprendimos bien la razón de nuestra presencia en ese foro. Lo interesante será conocer cómo es que este esfuerzo de reflexión y convivencia es percibido por las autoridades y cómo se logra hacer efectivas las necesidades y propuestas de ambas regiones.

Existen documentos, sin duda concienzudos y relevantes, sobre este tema; menciono solo dos de ellos, elaborados por UNESCO: Políticas para la creatividad. Guía para el desarrollo de las industrias culturales y creativas" y el Plan de trabajo de cultura para América Latina y el Caribe 2016-2021. Sin embargo, no solo se requiere de pronunciamientos; se necesita más bien acción. Y es por ello que el foro buscó "aterrizar" en propuestas viables y consensuadas que esperamos puedan implementarse adecuadamente.

Lo cierto es que la cultura, en toda la amplitud del término, es siempre un puente de entendimiento. Y también una manera de asumir que en la diversidad encontramos la esencia particularísima de nuestra propia identidad, sobre todo en tiempos de profunda globalización.