Manuel Gago
Amnistía Internacional se pone del lado de los violentistas
Los informes de la ONG carecen de rigurosidad
Otra vez Amnistía Internacional se entromete en asuntos internos peruanos, y sin la rigurosidad correspondiente. Su sesgo delata su orientación política; no es imparcial, como muchos creen que es.
En un reciente informe, la ONG señala que “las poblaciones indígenas y campesinas fueron objetivo de la mayor violencia policial y represión por parte de las fuerzas armadas peruanas”. Agrega que estas dispararon “de forma ilegítima armas letales durante las manifestaciones”. Empoderada por el prestigio ganado, Amnistía Internacional tuerce la verdad con monumental descaro.
No dice que una insurgencia comunista, disfrazada de protesta popular, asalta aeropuertos, minas, fábricas y edificios públicos y privados; turbas armadas con armas de fuego, bombas molotov, hondas, huaracas y palos con el propósito de causar muerte y daño material. Esconde el carácter subversivo de las “protestas”. Niega la legítima defensa –sin armas– asumida como corresponde por la Policía Nacional. Ignora las causas de las muertes –según insinuaron– necesarias para victimizar la manifestación. Esas muertes fueron ocasionadas por asesinos comunistas camuflados entre los manifestantes. Desconoce que Puno está secuestrado por separatistas.
Amnistía Internacional interviene en Perú como lo hace Manuel López Obrador, presidente de México, y los presidentes de otros países del eje bolivariano. El objetivo es oponerse a la continuidad constitucional después del intento golpista de Castillo. Amnistía Internacional interfiere, poniéndose del lado violento y en contra de las mayorías, las víctimas reales. Sus informes abonan en favor del izquierdismo, en contra de las libertades y el desarrollo.
En su publicación Estado Tóxico (2017) introduce la idea de un Perú complaciente con la contaminación ambiental. En Espinar, Cusco, pone en boca de sus encuestados que la minería afecta ríos, lagos y puquiales sin considerar las corrientes subterráneas cargadas de manera natural de calcio, magnesio, potasio, sodio y litio, que terminan en lagos, ríos y territorios agrícolas y ganaderos. Ignora el fenómeno lahar por el que los metales pesados (cadmio, mercurio) descienden de las partes altas de los volcanes hacia las partes bajas, por las quebradas, arrastrados por la lluvia. El científico peruano Manuel Aguilar ha señalado que esos minerales son eliminados por el hombre andino de manera natural, por la virtud de un metabolismo diferente. Caso contrario, en los Andes, toda vida habría desaparecido totalmente.
Otra de sus publicaciones, Estado de salud fallido en la provincia de Espinar (2021), fue desmentida por una comisión del Ministerio de Salud que, en resumen, afirma la existencia de una “contaminación natural” de las aguas.
Con Cuba, en cambio, la severidad de los informes se convierte en complacencia. Después de las protestas de julio de 2021 contra el régimen comunista, hace hincapié en las más de 700 personas encarceladas, los arrestos domiciliarios y las detenciones arbitrarias; no obstante, no es dura ni frontal, como lo es contra la Policía Nacional en Perú. En la isla la represión es excepcionalmente criminal, vejatoria y antihumana; exactamente como en Venezuela. ¿La ONG se pronunció contra los colectivos paramilitares al servicio de Maduro? Se trata de una fuerza rentada, encargada de acosar a los opositores. Durante las elecciones vigilan el voto, torciendo a la mala la voluntad popular. Igualmente de tibia es Amnistía Internacional contra la dictadura en Nicaragua. Allí sobresalen las deportaciones y huidas del país. Los sacerdotes católicos no pueden realizar actividades apostólicas por estar, en la práctica, secuestrados por la policía.
Amnistía Internacional tiene un nombre ganado. Actúa en todo ámbito y organiza exitosas campañas. Hasta publicó discos. Es el caso de Instant Karma, The Amnesty International Campaign to save Darfur (Sudán), 2007, que reúne a renombrados músicos interpretando las canciones de John Lennon. Sin embargo, está dominada por intereses políticos.
La ONG debe saber que los multitudinarios carnavales en Cajamarca, cuna de Castillo; en Huancayo, cuna de Perú Libre; y en Ayacucho, semillero senderista, son demostraciones del carácter festivo nacional, contrario a la insurgencia comunista disfrazada de protesta indígena para realzar la victimización. En Huancayo, Cajamarca y Ayacucho se visten de gala típica e invitan a la celebración, no espantan.
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