La censura del ministro de Energía y Minas, Rómu...
La desaceleración sacude al gabinete.
Poco a poco se va conociendo que el paquete reactivador del crecimiento económico que anunció el presidente Ollanta Humala la semana pasada, en la Sociedad Nacional de Industrias, ha dejado algunos “muertos y heridos” en el Gabinete Ministerial. La cosa no fue nada fácil: según recientes informaciones, el jefe del Gabinete, René Cornejo, y el ministro de Economía, Miguel Castilla, tuvieron que ponerse fuertes para limar las aristas anti-inversión de la gestión de Manuel Pulgar Vidal, titular del Ministerio del Ambiente (Minam).
Se sabe que Pulgar Vidal votó en contra de reducir las multas de la OEFA, y también se puso como un pichín, jugando al filo de la renuncia, cuando Castilla propuso que la creación de Zonas Reservadas se hiciera por Decreto Supremo y no por resolución del Minam. El problema es que el año pasado se creó en el mar del norte una Zona Reservada que puso en peligro la inversión en 11 lotes de Piura y Tumbes. Al respecto, la Sociedad Peruana de Hidrocarburos ha informado que existen 32 proyectos paralizados por permisos ambientales, que representan US$ 2,500 millones. ¿Podía haber paquete reactivador si se dejaban las cosas como estaban? De ninguna manera.
Otra batalla se produjo cuando Castilla propuso que los Estándares de Calidad Ambiental (ECA) y Límites Máximos Permisibles (LMP), también se aprueben por decreto supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros y ya no bajo los criterios discrecionales del Minan. Sobre el tema se sabe que los muchachos de Ambiente eran más papistas que el Papa y proponían estándares superiores a los de Japón o la Unión Europea. ¿Puede enfrentarse la desaceleración sin abordar este asunto? Es evidente que no.
Todo indica, pues, que el gobierno, urgido por la incuestionable desaceleración económica y temeroso de la factura del 2016, se habría decidido por la coherencia y estaría a punto de cortarle las alas al ministro Pulgar Vidal, quien, al parecer, todavía tiene una enorme fuerza en el Gabinete, a tal punto que con las llamadas Zonas Reservadas y los Estándares de Calidad Ambiental puede demorar, paralizar o evitar inversiones en minería, hidrocarburos, telecomunicaciones o cualquier fábrica o industria. Estas facultades ministeriales no están mal, porque cualquier país moderno necesita un ministerio vigilante y organismos especializados y pertinentes para supervisar el medio ambiente. El problema parece ser que Pulgar Vidal está más interesado en atender su agenda personal de cara a la Cumbre Mundial del Cambio Climático - que se realizará el 12 de diciembre, en Lima - que en impulsar políticas ambientales en armonía con las inversiones, sobre todo en recursos naturales.
Planteadas las cosas así, es evidente que en estas escaramuzas ministeriales habrá vencedores y vencidos, porque la desaceleración económica del país así lo demanda. Considerando que, de alguna manera, Nadine Heredia promovió estas diferencias en el Gabinete, porque con la mano derecha respaldaba a Castilla y con la izquierda alentaba a Pulgar Vidal, surge la pregunta: ¿La desaceleración es un protagonista tan serio de la agenda que se dejará caer a Pulgar Vidal? Todo indicaría que sí, a menos que el propio Ministro del Medio Ambiente de un paso atrás y se decida a jugar de lleno a favor de armonizar las políticas ambientales con las inversiones. Aunque él lo dude, el CV que presentaría en la Cumbre Mundial sería mucho más auspicioso.
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