Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
El gran proyecto minero Tía María –ubicado en La Joya, Arequipa– podría estar cerca de hacerse realidad. Recientemente la empresa concesionaria, Southern Peru, le ha propuesto al Gobierno cambiar la planta de desalinización, que formaba parte de la propuesta original (y que representaba una inversión de US$ 100 millones) por la construcción de la represa de Paltiture (con una inversión aún mayor). Si bien la planta de desalinización proveería de agua potable tanto al proyecto como a las comunidades vecinas, la represa de Paltiture significará una mucho mayor contribución incluso para la agricultura regional.
“La represa tendrá una capacidad de 73 millones de metros cúbicos, de los cuales la compañía usará como máximo 10 millones de metros cúbicos. Los 63 millones remanentes serán para el uso de la comunidad… la compañía considera que aumentando el suministro de agua generará beneficios más palpables para las comunidades locales”, explicó Southern Perú en un comunicado publicado hace unos días. El comunicado concluye señalando que la empresa espera que el Gobierno peruano “continúe reconociendo el significativo progreso que el proyecto ha hecho en el frente social y las importantes contribuciones que Tía María generará a la economía del Perú y, consecuentemente, tome las medidas necesarias para proveer a la empresa el apoyo adecuado para iniciar la construcción”.
Con una inversión de US$ 2,000 millones, el proyecto minero Tía María, sin lugar a dudas, será uno de los principales motores de la economía arequipeña. Tía María producirá cerca de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anuales y aportará al país más de S/ 300 millones en canon y regalías. Además generará 9,000 empleos en su zona de influencia. El proyecto cuenta ya con todas las autorizaciones del Estado, incluso con la llamada “licencia social”. Sin embargo, como casi todos los asentamientos y proyectos mineros, Tía María es objeto de violentas protestas por parte de grupos antimineros que dicen representar a las comunidades aledañas. Y no obstante que la mayoría de la población de la provincia de Islay ya ha manifestado estar a favor de este proyecto minero.
Como consecuencia de esas protestas el inicio de la construcción de Tía María se viene aplazando innecesariamente. “Para poner en marcha este y otros proyectos mineros, el Gobierno debe generar estabilidad y fortalecer las oficinas de resolución de conflictos”, dijo en una entrevista el reconocido empresario minero Roque Benavides. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Castillo y Perú Libre parece más bien empeñado en empoderar a los violentos grupos antimineros, a los que deja actuar libremente, sin hacer respetar el estado de derecho ni la Constitución. Y la Oficina General de Gestión Social, del Ministerio de Energía y Minas, la entidad encargada de manejar estos conflictos, ha tenido cuatro jefes diferentes solamente durante el primer año de la administración Castillo. Con esa inestabilidad no aporta nada a la resolución de los conflictos.
Como se sabe, Tía María es un proyecto minero que tiene todas las condiciones ambientales a su favor. Para empezar, está ubicado en un desierto, al nivel del mar. No está en ninguna de las mal llamadas “cabeceras de cuenca” (es decir, a más de 3,000 m.s.n.m.) ni cerca de zonas dedicadas a la agricultura. Además, la mina está de alguna manera “confinada” naturalmente, rodeada de un entorno de rocas, impermeables.
A eso se suma que la empresa concesionaria está desarrollando un vasto programa de apoyo social de manera directa, y también ha implementado diversas iniciativas a través del mecanismo Obras por Impuestos, que permite que se ejecuten las obras que el Estado considera de mayor interés para la comunidad. Y a todo ello se agrega ahora la represa de Paltiture, un proyecto hídrico que permitirá habilitar más de 10,000 hectáreas en el valle de Tambo, en Arequipa y Moquegua. Esta represa favorecerá a más de 4,000 productores de arroz, cebolla y pastos.
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