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Las bancadas de izquierda en el Congreso pretenden seguir desmontando el modelo económico que, durante tres décadas, posibilitó triplicar el PBI y reducir la pobreza del 60% de la población a solo 20% (antes de la pandemia). En la Comisión de Trabajo del Legislativo estos sectores volvieron a proponer una reforma estatista del sistema de pensiones, pero fue rechazada. Para evitar el archivamiento de la iniciativa, la izquierda planteó la reconsideración de la votación y en cualquier momento se tornaría a lanzar el zarpazo estatista, no obstante la reciente expropiación de las pensiones en Bolivia.
¿En qué consiste la propuesta colectivista? Se propone crear el Sistema Integrado Universal de Pensiones (SIUP) en reemplazo del sistema estatal de pensiones administrado por la ONP, el sistema privado de pensiones conducido por las AFP y los programas sociales estatales de Pensión 65 y Contigo, conducidos por el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social. En la propuesta estatista, el Estado se convertiría en el principal administrador de pensiones a través del Gestor Autónomo Nacional de Pensiones (Ganapen), dependiente del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE). Una clara copia del modelo de Bolivia.
Asimismo, se plantea que existan tres sistemas de aportaciones previsionales: el contributivo universal bajo responsabilidad del Estado (estarían Pensión 65 y Contigo) y otro sistema en que no solo el trabajador aportaría, sino también los empleadores y el Estado. Según el propio documento de la Comisión de Trabajo –que propone esta reforma previsional– las empresas y el Estado deberían desembolsar más de S/. 5,135 millones durante los primeros cinco años. Después los desembolsos se elevarían a más de S/ 11,749 millones. Por otro lado, el sistema privado de pensiones se quedaría como la alternativa para las personas que ganen más de S/ 5,000 mensuales. Igualmente, se tiende a que las personas mayores de 45 años formen parte del sistema contributivo compartido. Se busca, pues, el debilitamiento del sistema privado de cuentas individuales y el fortalecimiento del sistema estatal de reparto.
¿Cuál es el objetivo de la propuesta de reforma previsional de la izquierda? Es evidente que estamos ante el intento de una progresiva estatización del sistema previsional para reemplazar el sistema de capitalización individual de los aportes –administrado por las AFP– por el viejo sistema estatal de reparto, que es abandonado por la mayoría de países del planeta. El motivo: se ha vuelto inviable ante el aumento de la longevidad de la población –por el avance del bienestar y las mejoras de los sistemas de salud–, mientras que se reduce la natalidad y el número de trabajadores activos en edad de aportar. Es decir, más viejos y menos jóvenes. Todo lo cual obliga a avanzar en el sistema de capitalización individual.
Sin embargo, lo más grave de la estatización de las pensiones en América Latina son los antecedentes de los gobiernos populistas de izquierda, que suelen expropiar los ahorros previsionales de los trabajadores. En Bolivia el modelo de sustitución de importaciones y el gasto estatal desmedido, simplemente han quemado las reservas en dólares. El gobierno de Bolivia (antes sucedió en Argentina) se quedó sin dólares y decidió expropiar los cerca de US$ 23,000 millones de los ahorros previsionales de los bolivianos.
Vale señalar que la propuesta de la izquierda peruana de crear el Gestor Autónomo Nacional de Pensiones (Ganapen) –dependiente del MTPE, que se encargaría de administrar los aportes privados y estatales–, es calco y copia –como se dice– de la Gestora Pública de la Seguridad Social de Bolivia, que se encargó de administrar las pensiones de las dos AFP que existen en Bolivia.
Las bancadas democráticas del Legislativo, entonces, están en la obligación de rechazar y archivar la propuesta previsional de las izquierdas.
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