Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
La candidatura de Pedro Castillo, del Partido Perú Libre representa una amenaza para la minería moderna y para las inversiones en el sector. Según su propio plan de gobierno, de triunfar en el ballotage (en el que se enfrentará a Keiko Fujimori, la candidata de Fuerza Popular) el gobierno de Castillo nacionalizaría las principales operaciones mineras como parte de la estrategia para llegar al objetivo mayor, que es la instauración de un Estado socialista. Veamos.
Luego del velascato, que hundió la economía e hizo añicos los principales motores de crecimiento, Pedro Castillo es el mayor peligro para la libertad, la economía y el sector minero en particular. Si hoy el Perú lidera los rankings de competitividad en el sector minero, a pesar de las administraciones de Vizcarra y Sagasti, es por las inversiones mineras privadas que nos han convertido en una plaza de “clase mundial”, con los mejores estándares sociales, laborales y ambientales.
No obstante, en “Ideario y programa” –es decir, en el plan de gobierno de Perú Libre– hay una abierta y clara apuesta por el estatismo y la nacionalización. En el capítulo denominado “Sobre nuestra soberanía” y en el subtítulo “Recuperación y administración total de los principales recursos estratégicos” se indica que “el Estado debe tomar el control total sobre tres importantes sectores que generan riqueza inmediata. Los principales yacimientos de la gran y mediana minería como Yanacocha, Antamina, Toromocho, Marcona, Cuajone, Quellaveco, Toquepala, etc., deben ser nacionalizados”.
En todo lo anterior no hay sino el objetivo de nacionalizar las empresas mineras; en otras palabras, chavismo sin ningún rubor. Y justifican la nacionalización de las empresas mineras con el argumento de que en “Bolivia los recursos petroleros e hidrocarburos están nacionalizados al 100% y Chile ha nacionalizado su petróleo y cobre al 100%”. Es claro que no conocen los terribles estragos de la nacionalización del gas en Bolivia porque hoy la industria gasífera y petrolera –en manos de la estatal YPFB– se encuentra en declive al no haber inversiones en exploración y modernización de sus instalaciones. El caso de Codelco en Chile, cabe indicar que en 1990 producía más del 80% del cobre de ese país; actualmente produce alrededor del 25%. No se ha capitalizado, por eso no ha podido mantener el ritmo de crecimiento del potente sector minero; y además existe un intenso debate sobre si debe o no ser privatizado. No queremos adentrarnos en el caso de PDVSA, en Venezuela, porque es sencillamente desastroso.
Durante el velascato el Perú ya tuvo una terrible experiencia con la nacionalización de empresas mineras, que fue un fracaso estrepitoso. La Ley General de Minería fue la principal culpable de lo que sucedió con Centromín en Cerro de Pasco y la Oroya.
Y no solo eso, en el “Ideario” de Perú Libre se reúnen todas las mentiras que se han inventado contra la minería moderna. Se dice que las operaciones mineras contaminan el ambiente y que se apropian del agua que debería priorizarse para la agricultura. Todo ello es absolutamente falso porque se ha demostrado (como en el caso reciente en Espinar) que la minería no ha contaminado (en este caso se hablaba de contaminación metales pesados), y además solo consume el 1.5% de toda el agua (la agricultura consume más del 80%).
Es increíble que Pedro Castillo y Perú Libre –partido liderado por Vladimir Cerrón– no solo hayan pasado a una segunda vuelta, sino que claramente propongan el regreso al estatismo y a la nacionalización, que ya han sido un completo fracaso en nuestro país.
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