Minería: el norte paralizado

La paradoja de las regiones norteñas: pobres sobre bancos de oro

Cuando faltan solo siete meses para que acabe el actual quinquenio, una de las más pesadas herencias que tendrá que asumir el próximo gobierno será un sector minero paralizado por la indolencia política del estado ante la tramitología y los conflictos sociales. En el norte, por ejemplo, el bloqueo a las inversiones mineras ha convertido a esa zona en la más pobre del país, a pesar de que posee una enorme riqueza en recursos naturales por explotar.

Según cifras del Ministerio de Energía y Minas, la cartera de proyectos mineros del norte del país suma en total US$13,376 millones en inversiones detenidas por la debilidad del estado ante la acción violenta de los grupos antimineros, y por las trabas burocráticas que impiden la aprobación de los proyectos. Estos obstáculos se han multiplicado en los últimos 15 años, particularmente durante el actual gobierno.

La región más perjudicada es, sin duda, Cajamarca, que sufre hoy una recesión económica. Los cajamarquinos tienen paralizados proyectos mineros por US$ 9,132 millones (Conga, Michiquiyay, Galeno, La Granja, Shahuindo), que de haber sido ejecutados en su momento estarían hoy impulsado el desarrollo de esa región, generando empleo y reduciendo pobreza.

El impacto social de la inversión minera es potente. Un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE) señala que por cada empleo directo que crea la minería se crean nueve puestos de trabajo indirectos en la cadena productiva minera. Esto se puede constatar en las cadenas productivas mineras de Moquegua y Arequipa.

En Piura la parálisis ha frenado inversiones por US$ 2,645 millones que corresponden al proyecto cuprífero Río Blanco, la ampliación de Bayovar (fosfatos) y Salmueras de Sechura (Potasio). Y en Lambayeque está frenado el proyecto Cañariaco, también de cobre, por US$1,599 millones.

En octubre del 2011, cuando comenzaba el actual gobierno, la cartera estimada de inversiones mineras tenía 46 proyectos principales. Cuatro años después, esa cartera tiene 47 proyectos proyectos, es decir, es casi la misma, no han llegado nuevas inversiones importantes porque el Ejecutivo, en vez de promoverlas les puso todas las trabas burocráticas posibles para alejarlas, sobre todo desde el Ministerio del Ambiente.

La diferencia con Chile es enorme. Mientras nuestra cartera de proyectos mineros suma inversiones por US$56,423 millones, la de nuestro competidor minero del sur asciende a US$77,290 millones, con el agravante de que nosotros tenemos mucho mayor potencial minero.

Si logra concretarse el proyecto Las Bambas -amenazado hoy por la indolencia del gobierno- el único proyecto minero grande que quedaría en la cartera nacional sería la ampliación de Toquepala (US$1,200 millones), según ha señalado el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Carlos Gálvez. “El resto de proyectos están bloqueados o las compañías se aburren y se van a otros proyectos en el mundo”, ha precisado el ejecutivo.

En la reciente CADE 2015, los candidatos presidenciales coincidieron en que el país necesita desarrollar los proyectos paralizados o postergados. Es un buen punto de partida para que el 28 de julio del 2016 comience el rescate de la minería peruana con el liderazgo del nuevo presidente de la república.