Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
Uno de los proyectos hídricos más importantes para la economía del país es Majes Siguas II, que propone la construcción de una represa en el río Siguas (en la región Arequipa) con un doble objetivo: abrir tierras fértiles para la agricultura y generar energía hidroeléctrica a través de dos centrales hidroeléctricas, Lluta y Lluclla, que abastecerán de electricidad a toda la región.
En el Perú existen actualmente cerca de siete millones de hectáreas (ha) dedicadas a la actividad agrícola. Sin embargo, tan solo el 5% de esa extensión agrícola (250,000 ha) se emplean para la agricultura moderna, mientras que más de dos millones de minifundistas, con menos de cinco hectáreas cada uno, gestionan el 95% restante. A pesar de ese desbalance, bajo el imperio de la Constitución de 1993, los 22 tratados de libre comercio y la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), con ese 5% de terrenos dedicados a la agroexportación el Perú llegó a convertirse en un verdadera potencia en este rubro, enviando sus productos a casi todos los continentes.
Como consecuencia de ello, el sector ha crecido tanto que ha llegado a brindar empleo a más de un millón de personas, entre empleos directos e indirectos. Y en las regiones agroexportadoras, especialmente Ica y el sur chico, el desempleo casi ha desaparecido y la pobreza se ha reducido muy por debajo de la media nacional. Y gracias al proyecto Majes Siguas II, el fenómeno podría repetirse en Arequipa y todo el sur del país, con la creación estimada de alrededor de 40,000 hectáreas de terrenos cultivables. La disposición de estos terrenos, en parcelas de más de 200 hectáreas, estimulará la inversión y la adopción de tecnologías agrícolas avanzadas, impulsando el crecimiento de cadenas agroexportadoras que pueden inyectar vitalidad a la economía regional.
Las proyecciones de inversión para la ejecución del proyecto Majes Siguas II ascienden a US$ 654 millones, con un impacto estimado en el valor agregado de la economía de aproximadamente S/ 4,300 millones a largo plazo. Durante la fase de construcción, se anticipa que el efecto económico predominante provendrá de la actividad constructiva (43%), seguido por servicios (28%), manufactura (14%), comercio (7%) y otras actividades complementarias (7%). Además, se estima que la etapa de construcción generará alrededor de 83,000 empleos, compuestos por 48,000 puestos directos y 35,000 puestos indirectos.
En el ámbito laboral, Majes Siguas II podría abrir oportunidades para más de 80,000 trabajadores especializados en la producción de frutas y hortalizas de alta calidad. Pero el impacto del proyecto no se limita al empleo, ya que también podría dar lugar a un aumento de aproximadamente 400,000 personas en la población de la región, actualmente estimada en alrededor de 1.16 millones de habitantes. Además, se planea la creación de un significativo parque industrial y tecnológico que beneficiará incluso a las poblaciones de las regiones vecinas, como Cusco, Puno y Apurímac.
Pero las 40,000 nuevas hectáreas cultivables que generará Majes Siguas seguramente no van a poder subastarse, porque no va a haber compradores. Y eso es consecuencia de la derogación de la Ley de Promoción Agraria. Esta normativa, que establecía regímenes tributarios y laborales promocionales, fue un pilar fundamental en el desarrollo del milagro agroexportador peruano. La necesidad de restaurar esta Ley radica en que las inversiones agrícolas –especialmente en cultivos como paltas, cítricos y arándanos– demandan un promedio de más de ocho años para alcanzar rentabilidad.
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