Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
Según la Comisión Chilena de Cobre (Cochilco), existen en el mundo 24 proyectos mineros listos y con los plazos establecidos para iniciar sus operaciones, cinco de los cuales están en territorio chileno. Cuando los proyectos inicien sus operaciones en Chile, la producción de carbonato de litio chileno se triplicará, de 80,417 toneladas en 2017 a 240,000 toneladas. El objetivo chileno, como el de Bolivia, es claro: aprovechar la creciente demanda de baterías de litio en el mercado mundial.
Como sabemos, con una inversión de US$ 1,328 millones, el consorcio boliviano alemán —conformado por la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) y la compañía alemana de investigación y desarrollo de tecnologías Active Communication International Systems GmbH (ACI Systems)— ha calculado producir desde el 2022 hacia adelante 40,000 toneladas de hidróxido de litio del yacimiento Salar de Uyuni (Potosí). Mientras tanto, en Chile la empresa Uranium One Group (UOG), subsidiaria de la empresa rusa Rosatom, ha anunciado su interés de invertir en los yacimientos de litio de Chile.
¿Y que está pasando con el litio de Macusani, en Puno? Hasta donde sabemos, nada. La izquierda antidesarrollo, ni bien se enteró del hallazgo, señaló que no se puede desarrollar esos yacimientos porque en Perú no existe una base legal para las actividades alrededor de los minerales radioactivos. Los más extremistas inventaron (sin ningún sustento) zonas arqueológicas y reservas naturales, como suele suceder, extendiendo arbitrariamente las áreas protegidas. Y otros han señalado que por estar cerca de la frontera, el yacimiento no podría ser concesionado a una empresa extranjera. Macusani está situado a 150 kilómetros al norte de la zona de frontera con Bolivia. Por su lado, el gobernador de Puno, Walter Aduviri, ha señalado que el lito será explotado de manera artesanal, como lo hacían los antiguos peruanos, de manera tradicional. Demagogia pura. Locura.
Del jefe del Ejecutivo, Martín Vizcarra, no se conoce declaración alguna sobre las reservas de más de 4.7 millones de toneladas de carbonato de litio, que se podrían convertir en la principal promesa de desarrollo del sur peruano y del país. Es decir, mientras las políticas de Estado, relacionadas con la minería, de Chile y de Bolivia son lideradas por sus respectivos jefes de Estado, en Perú no existe una sola señal firme respecto a cómo se explotará el yacimiento de Macusani.
Ante la falta de un marco legal, Francisco Ísmodes, ministro del sector Energía y Minas (MEM), ha ofrecido para este año, un proyecto para normar las actividades relacionadas con los minerales radiactivos, como uranio, torio y radio. El congresista Moisés Guía Pianto, de Peruanos por el Kambio (PpK), presentó un proyecto de Ley que busca organizar la legislación para la “prospección, exploración, explotación, beneficio, labor general, comercialización y transporte” de estos minerales radioactivos.
En el mundo de las inversiones, el hoy es el ayer. La parsimonia no es compatible con la competitividad de los mercados más grandes y sostenibles en el mundo. La competencia es, literalmente, brutal. Chile y Bolivia están aprovechando la demanda de los próximos años: baterías de litio por sus ventajas de tamaño, peso, capacidad de carga, durabilidad y precio.
El presidente boliviano, Evo Morales, no solo está pensando extraer litio. También está planeando fabricar baterías y autos eléctricos. Lo mismo está planeando hacer el presidente chileno, Sebastián Piñera, con la subsidiaria rusa. UOG proyecta construir en Chile una planta para convertir el cloruro de litio en hidróxido de litio de grado de batería, a menor costo y preferido por los fabricantes de vehículos motorizados. Además, Chile está buscando socios estratégicos en todo el mundo para desarrollar los yacimientos de Atacama. ¿Y qué piensa el presidente Vizcarra al respecto?
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