Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
Cajamarca es considerada la región más pobre del Perú, con el 44.3% de la población afectada por este flagelo. Semejante escenario se presenta no obstante que la región cajamarquina tiene una cartera de inversiones mineras de más de US$ 18,000 millones. La mayoría de los proyectos están bloqueados, paralizados o postergados por la acción del radicalismo antiminero. Muy por el contrario, en las regiones con inversiones mineras en curso se ha avanzado considerablemente en la reducción de la pobreza.
Moquegua, una región con importantes inversiones mineras –Quellaveco y Cuajone, por ejemplo– tiene menos de 13% de su población debajo de la pobreza. Arequipa, otra región con gran minería, tiene alrededor del 14% de la población en pobreza. La minería, pues, es determinante en los avances en la lucha contra la pobreza, sobre todo en las regiones andinas. Un caso paradigmático es el de Apurímac, una región con una megainversión minera en cobre y que ha logrado avances impresionantes en arrinconar este flagelo social.
Las Bambas es una inversión de más de US$ 10,000 millones, que representa el 1% del PBI, el 9% del PBI minero y más del 75% de los ingresos de la región Apurímac. En el año 2022 la pobreza en la región apurimeña se ubicó en 24.7% de la población y, de esta manera, se convirtió en la circunscripción que más redujo pobreza luego de la pandemia. Y por primera vez en la historia republicana, la mencionada región logró bajar la tasa de pobreza debajo de la media nacional, que es del 27.5% de la población.
El avance de la lucha contra la pobreza en Apurímac contrasta con los niveles de este flagelo en departamentos como Cajamarca, con 44.3% de la población bajo esta lacra social; Ayacucho, con 40.5%; y Puno, con más de 40%. La minería, pues, es la nota distinta.
El proyecto Las Bambas ha permitido un crecimiento de más del 200% del PBI regional y luego de que la señalada mina entrara en operaciones en el 2016, Apurímac pasó de ser la penúltima región en asignación presupuestal a una de las primeras en el país. Sin embargo, más allá de las cifras y los números que pueden parecer fríos y distantes, Las Bambas se ha convertido en el principal motor antipobreza de la región y un ejemplo para las zonas andinas. El proyecto genera más de 8,000 puestos de trabajo directos y más de 75,000 indirectos y, por otro lado, promueve una red empresarial y económica sin precedentes en las zonas de influencia directa: negocios y emprendimientos en transporte, hotelería, alimentación, limpieza, etcétera.
Sin exagerar en las apreciaciones, todo lo que puede considerarse clase media o emergencia en Apurímac, de manera directa e indirecta, tiene que ver con Las Bambas. De allí que no sea extraño que Apurímac haya experimentado uno de los procesos más sorprendentes en reducción de pobreza de las últimas décadas. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), entre el 2004 y el 2019 la pobreza en la mencionada región bajó del 70.4% a 29.1% de la población. Un logro extraordinario que si bien tiene que ver con diversos factores, se dispara considerablemente luego de que Las Bambas entrara en operaciones.
Por todas estas consideraciones es inaceptable que las minorías radicales y los sectores antimineros hayan convertido el llamado Corredor Vial del Sur en una zona de permanentes bloqueos de la carretera y de ataques a las minas que invierten y reducen la pobreza. Desde el inicio de sus operaciones, por ejemplo, Las Bambas ha padecido 17 meses de interrupciones de la vía que impidieron trasladar el mineral al puerto. En el estudio “Impactos económicos de los conflictos sociales en el Corredor Vial del Sur” de César Reyna Ugarriza, publicado por Solidaritas Perú y Xaber Executive Education, se establece que en el 2022 –a pesar de los avances contra la pobreza– la economía de Apurímac se contrajo en 7.4% con respecto al 2021, sobre todo por las paralizaciones de la producción de Las Bambas causada por el radicalismo y la violencia antiminera.
Los peruanos de buena voluntad, entonces, debemos defender Las Bambas y las minas que se han convertido en motores antipobreza en las zonas andinas.
COMENTARIOS