Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
Cómo el estado desperdicia el enorme potencial minero de esa zona
Las regiones del sur peruano tienen un potencial extraordinario para el desarrollo de la minería moderna. Más del 50% de los proyectos mineros están entre Arequipa, Moquegua, Apurímac, Cusco y Tacna. Según el Ministerio de Energía y Minas la cartera total de proyectos mineros del Perú asciende a US$ 56,413 millones. De semejante cifra, los proyectos mineros en las regiones sureñas representan más de US$37,000 millones.
No obstante, la incapacidad del estado, la tramitología, los conflictos sociales y el radicalismo antiminero han motivado que la enorme riqueza minera del sur peruano no sea explotada o que sus proyectos construidos y próximos a producir, como Las Bambas o Antapaccay, estén bajo una gran interrogante.
Si el estado encabeza una cruzada a favor de la minería moderna, la región Arequipa podría ser el gran clúster minero del sur. Según un informe del ministerio de Energía, la región arequipeña concentra US$ 9,472 millones en proyecto mineros. Sin embargo, todo el Estado actual es incapaz de promover esa importante inversión. El proyecto Tía María, con una inversión de US$ 1,400 millones, sirve de ejemplo. Por un lado, el radicalismo antiminero crea mitos y difunde falsedades, y por otro lado las autoridades locales, como la gobernadora regional, soslayan sus responsabilidades. El resultado es la paralización actual de Tía María. Hoy Southern Perú, dueña del proyecto, ha lanzado un plan para mostrar a la población los beneficios directos que tendría si aquel fuera ejecutado (3,500 puestos de trabajos, proyectos sociales, productivos).
El proyecto Pampa de Pongo (USS 3,000 millones) de la compañía Jinzhao Mining, ubicado también en la región Arequipa, obtuvo en enero de este año, después de un largo proceso burocrático de casi dos años, la aprobación de su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) por parte del Ministerio de Energía y Minas (MEM).
En la región Apurímac, el proyecto Los Chancas (US$ 1,500) se encuentra detenido debido a demoras excesivas en la aprobación de su EIA en el MEM. Los Chancas tenía como fecha de inicio probable de sus operaciones ¡en el 2013! En igual aituación está el proyecto de cobre Haquira (US$ 2,800 millones) porque el MEM tampoco termina de revisar el EIA. Este proyecto también tenía como fecha probable de inicio en el 2013.
En Moquegua, el proyecto Quellaveco (US$ 3,300 millones) está también retrasado por demoras en la aprobación del EIA y por conflictos sociales promovidos por radicales antimineros. Quellaveco debió iniciar sus operaciones en el 2014. Hoy se espera que los precios de los minerales mejoren para entrar en ejecución.
No obstante, no debemos olvidar un detalle. En las Las Bambas y Antapaccay el Estado está incumpliendo el compromiso que asumió de ejecutar proyectos de agua potable, alcantarillado, educación y salud en la provincia de Espinar, cuyas autoridades están reclamando que el Gobierno honre su compromiso. La incapacidad y ceguera del estado y la mano del radicalismo antiminero podrían desencadenar nuevos conflictos sociales y paralizar ambos proyecto mineros.
Habíamos señalado que el potencial minero de las regiones del sur es enorme. Por ejemplo, entre Arequipa, Tacna, Moquegua y Cusco tienen reservas probadas de cobre por 55, 922,899 toneladas métricas finas (TMF) y tres regiones (Arequipa, Apurímac y Cusco) poseen reservas de oro por 233,125,998 TMF.
Si los proyectos mineros del sur fuesen ejecutados se generaría un círculo virtuoso en las economías locales con beneficios directos para las poblaciones aledañas a los proyectos. Para ello, se deben superar los obstáculos que frenan los proyectos, principalmente la indolencia de la burocracia estatal.
COMENTARIOS