Editorial Economía

La minería en guerra contra el coronavirus

Sector clave de la economía no puede detenerse

La minería en guerra contra el coronavirus
  • 14 de abril del 2020

Pablo de la Flor –director ejecutivo de la Sociedad Nacional de Minería, Hidrocarburos y Energía (SNMPE)– ha confirmado la reducción de 60% de la producción minera debido a la cuarentena nacional para evitar la expansión del coronavirus. A esta disminución de la producción de minerales se suma el retraso que desencadena la pandemia en el avance de los proyectos mineros Quellaveco (Moquegua) y Mina Justa (Ica). Asimismo, está detenido el desarrollo de los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto de cobre Zafranal (Arequipa) y otros similares. 

Diversos proyectos no solo han paralizado sus actividades productivas como una medida de prevención sanitaria, sino también por las dificultades en el transporte de concentrados desde la mina hasta los puertos de embarque o lugares de procesamiento de los minerales. Por ejemplo, Las Bambas ha declarado en situación de “fuerza mayor” (paralizado) el suministro de cobre en el mercado mundial.

Pese a la caída de los precios de los minerales –según diversas consultoras–el precio del cobre caerá hasta los US$ 2.30 por libra en el 2020 y se recuperará hasta alcanzar los US$ 2.80 por libra en el 2021– las operaciones mineras continúan en Toquepala (Tacna), Cuajone (Moquegua), Yanacocha (Cajamarca) y Toromocho (Junín), entre otras. Vale señalar que aún cuando las operaciones han sido suspendidas o limitadas estrictamente a la producción, continúan las labores de control de relaves y medioambientales, así como las vinculadas al saneamiento, energía eléctrica y comunicaciones en las zonas de influencia minera. 

En este escenario de pandemia global, las mineras han establecido procedimientos rigurosos en los servicios de movilidad y alojamiento, manteniendo los criterios del distanciamiento social entre los trabajadores. Asimismo, realizan pruebas permanentes relacionadas con las condiciones físicas de los trabajadores (fiebre, dificultad para respirar, tos, dolores de pecho y de cabeza, entre otros síntomas), y practican todos los sistemas prevención establecidos por las autoridades de salud. 

Mineras como Antamina (Áncash) compraron kits de descarte de Covid-19 para aplicar a los trabajadores que realizan operaciones esenciales. Además, las compañías han establecido planes específicos de evacuación inmediata de trabajadores que presenten síntomas de infección. Vale señalar que la minería organizada en la SNMPE ha donado al sistema de salud 500,000 kits de descarte de coronavirus. De igual manera, el sector es uno de los principales promotores de la fabricación de respiradores mecánicos, por su relación constante con las innovaciones tecnológicas. 

Frente a las adversidades del momento, las mineras ubicadas en lugares aislados y en condiciones de confinamiento, propias de la actividad, son también parte de la primera línea contra el coronavirus. En el distrito de Challhuahuacho (en la provincia de Cotabambas, Apurímac), los trabajadores utilizan los equipos de la mina Las Bambas para realizar campañas de limpieza y desinfección de calles y lugares públicos. En Piura, la minera Miski Mayo ha donado ropa de seguridad (mamelucos) a los médicos y trabajadores de limpieza. En Arequipa, aún cuando las operaciones están paralizadas, la mina Cerro Verde ha donado lentes, mascarillas, guantes y botas al personal de la dirección regional de salud.

Como se sabe, la minería en Perú es una actividad productiva esencial para la economía del país. En este contexto, la paralización de las operaciones mineras significa la reducción de la producción y, por consiguientes, de renta, divisas, canon, regalías y una larga cadena de servicios públicos de responsabilidad estatal. Además, un empleo minero directo representa hasta siete empleos indirectos en otros sectores productivos. Si la minería se detiene, se detienen los sectores metalmecánicos, proveedores de insumos, equipos, repuestos y de bienes indispensables para las actividades productivas. Asimismo, los servicios de hotelería, transporte y todo tipo de mantenimiento de máquinas, campamentos y vías de acceso, entre otros.

Por efecto del coronavirus se prevé una caída de la producción nacional entre -3% y -5% del PBI, situación que incrementaría la pobreza entre 4 y 5 puntos porcentuales. Según la Organización Mundial de Comercio (OMC), la contracción de la economía mundial alcanzaría -13% en 2020, no obstante el rebote y recuperación llegaría a 21% en 2021. Las aproximaciones, influenciadas por la incertidumbre, están en función a la duración de la pandemia y de la efectividad de las medidas adoptadas para combatirla. En este contexto, la actividad minera será afectada inevitablemente. Según Macroconsult, la minería metálica caerá -4.0% en 2020 y se recuperará en 3.8% en 2021. 

De allí la enorme importancia de que el Estado desarrolle una estrategia social con las dirigencias populares, las empresas y la ciudadanía para desarrollar estrategias sanitarias de distanciamiento social y reactivación económica.

  • 14 de abril del 2020

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