La batalla por Tía María en Arequipa

En declaraciones a la Red de Comunicación Regionales (RCR), Óscar González Rocha, presidente de Southern Peru, ha señalado que mantiene en vigencia su cartera de inversiones de US$ 8,000 millones. “La empresa está lista para trabajar en el proyecto de cobre Tía María (Arequipa) y todos los demás proyectos (uno de ellos Michiquillay, en Cajamarca)”, segura González Rocha. Asimismo ha informado que durante la cuarentena provocada por el coronavirus, la producción de cobre en Toquepala (Tacna) y Cuajone (Moquegua) “ha continuado alimentando las plantas concentradoras”, con protocolos estrictos de bioseguridad. 

Por otro lado, el alcalde de la provincia de Arequipa, Omar Candia, ha declarado sin temor que los proyectos mineros Tía María y el Zafranal son necesarios para el desarrollo económico regional, por ser “proyectos bastante ambiciosos que pueden contribuir a la reactivación económica”. No obstante la terrible situación social y económica provocada por la pandemia del coronavirus, el marxismo y la izquierda antiminera insisten en la paralización de los proyectos mineros, esenciales para el desarrollo del país. 

Para la ministra de Energía y Minas (Minem), Susana Vilca, “la minería es el principal motor de la economía nacional y es necesario que entren en producción todas las unidades mineras y se desarrollen proyectos de exploración y construcción para generar miles de puestos de trabajo”. No se entiende, entonces, por qué el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, insiste en descartar el proyecto de cobre Tía María, señalando que “no es parte de la estrategia de reactivación”. Difícil de creer. En momentos tan difíciles para el país, por la debacle económica y social ocasionada por el virus chino –más de 12% de caída de la producción, tres millones de empleos perdidos y 9% de incremento de la pobreza–, Zeballos le pone zancadilla a las inversiones mineras, esenciales para la recuperación del país en el plazo más corto. 

Semejantes declaraciones además alientan a los sectores antimineros. Las dirigencias han anunciado que cuando terminen la cuarentena y el estado de emergencia, establecidos por el Gobierno para detener los contagios de coronavirus, volverán a realizar manifestaciones públicas con el objeto de bloquear el proyecto Tía María. Otra vez el activismo antidesarrollo se concentrará en el valle de Tambo (Arequipa). La intención es crear la falsa percepción de que el ánimo de la mayor parte de la población arequipeña es contrario el proyecto. De esta manera, por unos cuantos activistas dedicados a crear climas de miedo y violencia física y verbal, la denominada “licencia social” –según los dirigentes– no existiría. 

Si el proyecto de cobre Tía María estuviera en operaciones, el canon de Arequipa se elevaría de S/ 127 millones a S/ 400 millones. En la provincia de Cocachacra –donde se ubica el proyecto de cobre– el canon se elevaría de S/11 millones a S/ 35 millones. Si Tía María comenzar mañana emplearía a 3,600 trabajadores de manera directa, y crearía 10,800 empleos indirectos, la mayor parte de ellos de la zona de influencia minera. Y el trabajo es la mejor arma para enfrentar la crisis social y económica actual. 

En este escenario permanente de incertidumbre y violencia frente al futuro de Tía María y de otros proyectos mineros, las declaraciones de la ministra Vilca son alentadoras. Sobre los proyectos de cobre Conga y Tía María, ha señalado que “tienen que darse en algún momento”. Para beneficio del país, ambos proyectos son la punta de lanza para el desarrollo de US$57,000 millones estancados en inversiones mineras.

Con Tía María –proyecto de US$1,400 millones para producir anualmente 120,000 toneladas de cobre al 99.99% de pureza– se incrementaría 0.4% la producción nacional de cobre. Además, Perú tendría la oportunidad de demostrarle al mundo su capacidad técnica innovadora, con nuevas posibilidades de la minería junto a la agricultura, para el cuidado del medio ambiente, la producción de agua y la transformación –para bien– de los poblados de la zona andina. Numerosos proyectos vinculados a la educación, agricultura, salud, medio ambiente y otros ejecutados por Southern en el valle Tambo dan fe de esa tarea transformadora. 

Además, vale señalar que, desde el inicio de la cuarentena, Southern contribuye de muchas maneras a evitar el contagio del coronavirus. Una de ellas, que incide directamente en la salud de la población, son las potentes bombas hidráulicas instaladas en camiones que pulverizan desinfectantes en las calles de los distritos de influencia minera. ¡Tía María no le da la espalda a la población!