Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
Los objetivos del Régimen Laboral Juvenil —Ley Nº 30228, promulgada en el Gobierno de Ollanta Humala en diciembre de 2014 y conocida como “ley pulpín”— han sido retomados en el Congreso de la República. En el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) han señalado que no se recortará ningún derecho para este sector de la población; por el contrario, la ley buscará una alianza con el sector empresarial para fomentar la formación de los jóvenes de manera práctica, en tareas laborales en la vida real.
La Ley Nº 30228 fue dejada de lado después de que grupos de jóvenes en todo el país se manifestaron en contra de la iniciativa. Como en otras oportunidades, la izquierda manipuló a los muchachos, quienes salieron a las calles a protestar de manera violenta. A los jóvenes se les hizo creer que con los contratos laborales contemplados en la ley serían explotados, trabajando casi gratis y como esclavos, sin ningún beneficio laboral. Durante el Gobierno de PPK, con el proyecto de Ley 1104/2016-PE, se proponía un nuevo Régimen Laboral Juvenil para jóvenes entre 18 y 29 años. La propuesta del ex ministro de Trabajo, Alfonso Grados, para posibilitar contrataciones juveniles era que el Estado asuma el 9% del salario como aporte a EsSalud durante tres años. Además de esto, los jóvenes tendrán derecho a CTS, vacaciones por 15 días y contratos por un mínimo de seis meses y un máximo de tres años.
En el MTPE han señalado que existen cuatro propuestas relacionadas con la ley de empleo juvenil. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) está evaluando los incentivos que la ley otorgará a las empresas que participen, y los impactos económicos y sociales que provocará la norma. El Régimen Laboral Juvenil pretende resolver la situación de informalidad, precariedad e inseguridad de los trabajadores jóvenes. Busca, además, incorporar modalidades formativas y plantea la promoción y el ordenamiento del trabajo de los jóvenes.
Estadísticas del Ministerio de Trabajo señalan que el empleo informal en los jóvenes llega hasta el 78%. Sin embargo, la situación resulta especialmente crítica en el interior del país. En la Macro Región Oriente (Ucayali, Loreto, Amazonas y San Martín) en 2016, de 231,000 jóvenes trabajadores, el 94% laboraba de manera informal. En Loreto existía 97% de informalidad, en Puno 98% y en Arequipa 79%.
No obstante todos los beneficios que ofrece la norma, la izquierda representada en el Congreso y el marxismo (que ha ganado las calles del Perú) se oponen a mejorar las condiciones laborales de los jóvenes. Las fuerzas anticapitalistas le han declarado la guerra al país en todos los escenarios productivos. El propósito es ralentizar la economía para señalar que el modelo de mercado libre ha fracasado y que, en su reemplazo, se debe instaurar uno que sea controlista, subsidiario y mercantilista, de corte socialista.
Los marxistas y la izquierda peruana se oponen a los proyectos de empleo juvenil, calificándolos de proempresariales y enemigos de los jóvenes, cuando nada de eso es cierto. Lo cierto es que ni las universidades ni los institutos superiores garantizan la calidad de sus egresados. En este contexto, la mayoría de trabajadores jóvenes, lamentablemente, no están preparados para responsabilizarse plenamente de sus labores. Por esta razón, las empresas rehúyen contratar jóvenes sin experiencia; y si lo hacen, deben asumir los pocos beneficios que estos ofrecen y los problemas que ocasionan durante su permanencia en la empresa.
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