Alrededor de 40,000 hectáreas de cultivos del proyecto ...
No obstante que la economía peruana está en crisis (con una caída de 15% del PBI), que se perderán cerca de tres millones de empleos y que la pobreza aumentará en cerca de cuatro millones de peruanos (30% de la población padecerá esta lacra), el presidente del Consejo de Ministros (PCM), Vicente Zeballos, ha vuelto a señalar que sobre el proyecto de cobre Tía María en Arequipa, “todo queda como está”. En otras palabras, a pesar de que el hambre y la pobreza están en crecimiento, el Ejecutivo se cruza de brazos frente a las urgentes inversiones que necesita el país. No solo eso, en el Ministerio de Salud se promueven mesas y plataformas que favorecen la acción de los sectores antimineros en el Corredor Vial del Sur.
“Hasta el momento no hay nada decidido con respecto a Tía María”, respondió Zeballos a Edgar Alacón, excontralor de la República y actual congresista, durante una reunión con los parlamentarios arequipeños, convocada para tratar temas relacionados con la reactivación económica, la salud y el transporte. No se entiende la indiferencia del Ejecutivo frente a un proyecto vital para la reactivación económica del sur, que generaría trabajo (3,600 puestos directos y más de 5,400 indirectos) y que movilizaría a las pequeñas y medianas empresas alrededor de actividades derivadas de la inversión minera.
Pero eso no es todo. Concretar Tía María es reiniciar el círculo virtuoso de nuevas inversiones en cobre, que fueron bloqueadas con la acción de los antimineros en Conga y Tía María precisamente. Vale mencionar que el Perú tiene una cartera de inversiones mineras que sobrepasa los US$ 62,000 millones y el 80% de ella está vinculada al cobre.
El proyecto Tía María ha cumplido con todos los requisitos legales para iniciar la construcción de la mina, que producirá 120,000 toneladas de cobre al 99.99 % de pureza. Además, vale señalar que Southern Perú –concesionario de Tía María– continúa desarrollando, en la provincia de Islay y en el valle de Tambo, proyectos vinculados a la agricultura, ganadería, salud y educación.
Asimismo, para crear consensos entre las autoridades y dirigentes, Southern promueve rondas de conversaciones sobre la continuidad del proyecto hídrico Paltiture, ubicado en la zona andina, entre Puno y Moquegua. Paltiture –proyecto de afianzamiento de agua para ampliar los territorios cultivables– también está detenido por la acción del marxismo y la izquierda local, contraria a los intereses nacionales.
En abril pasado, Alarcón –congresista de Unión por el Perú– señaló la necesidad urgente de iniciar el proyecto Tía María. Indicó además que convencería a Antauro Humala –líder de su agrupación política– sobre el “imperativo inicio” de este proyecto. Por su lado, en enero pasado, antes de la cuarentena, el prefecto de Arequipa, Carlos Mantegazza, se reunió con alcaldes y voceros de los gremios de la provincia de Islay para tratar temas de desarrollo local. No obstante los esfuerzos de Alarcón y de Mantegazza por relanzar el proyecto de cobre, Tía María continúa siendo atacada por los sectores antimineros apostados en el corredor vial del sur (Arequipa, Apurímac y Cusco). Los dirigentes marxistas anuncian que, después del confinamiento de Arequipa debido al coronavirus, reiniciarán movilizaciones para impedir la ejecución de Tía María.
Paralizar la producción de cobre en el Perú es la estrategia de los intereses económicos extranjeros que “invierten” en las oenegés para sus propósitos antiperuanos. Por su parte, el Gobierno, a través del Ministerio de Salud, avala la formación de una Plataforma Nacional de Afectados por Metales Tóxicos. Una Comisión que, con el auspicio y fondos del Estado, difundirá mentiras y leyendas con respecto a las minas que financian los recursos fiscales que hoy los burócratas dilapidan con absoluta irresponsabilidad.
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