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La izquierda anticapitalista ha lanzado una feroz campaña contra el sistema privado de pensiones, señalando que los fondos de capitalización individual de los aportantes caen, mientras que la rentabilidad de las AFP suben. Según esta campaña solo existe un responsable: las empresas privadas que administran los fondos de los aportantes. Por lo tanto, ya sería hora de regresar al sistema estatal de reparto (los aportes se destinan a un fondo común) con el que los políticos le han robado las pensiones a varias generaciones de peruanos en el siglo XX para destinarlas a obras faraónicas que ganaban votos.
¿Por qué han caído los fondos de capitalización individual de los aportantes? El Estado, a través del Banco Central de Reserva (BCR), la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), solo autoriza que las AFP inviertan hasta un poco más del 30% de los fondos en el exterior. El 70% se invierte en el Perú. Y, ¿qué ha sucedido en el Perú desde que Martín Vizcarra llegara al poder? La capitalización bursátil (el dinero que se invierte en la bolsa) se ha derrumbado de US$ 170,000 millones a US$ 140,000 millones, y una rentabilidad en la bolsa que era de 80% en el selectivo se ha desplomado a pérdidas del 20%. Si las AFP deben invertir el 70% del capital en el Perú, ¿acaso necesita mayores explicaciones para entender por qué caen los fondos individuales de las AFPS? La responsabilidad evidentemente es de la administración Vizcarra y de las entidades del Estado.
Pero ¡oh sorpresa!, ¿cómo así sube la rentabilidad de las AFP? La rentabilidad de las AFP está determinada por la ley y las regulaciones que administran las entidades del Estado. ¿Acaso se regula adrede para reducir posibilidades de rentabilidad en el exterior de los fondos de los aportantes, mientras se permite mayor rentabilidad a las AFP para buscar ciertas armonías? Aquí hay un solo acusado en el banquillo: el Estado. Sin embargo la izquierda estatista quiere cargarse el modelo privado.
Si bien los fondos que administran las AFP —con la administración Vizcarra— han caído de US$ 48,000 millones a US$ 43,000 millones, el dinero que administran las AFP representa el 21% del PBI y suma tres veces el capital de los bancos. ¿Cómo así se puede contemplar indiferentes la campaña de la izquierda estatista que busca “nacionalizar” los fondos de miles de aportantes? La campaña de leyendas de la izquierda anticapitalista pretende ignorar que el sistema estatal de reparto está en crisis general en el planeta porque fue creado en el siglo XIX, cuando la esperanza de vida era demasiada baja. Hoy la expansión de la prosperidad y el bienestar y de los sistemas de salud han incrementado significativamente la esperanza de vida, en tanto se reducen las tasas de natalidad. Semejante situación determina una regularidad en la sociedad moderna: más viejos que jóvenes, más jubilados que trabajadores activos que aportan. En una sociedad de este tipo, ¿cómo puede funcionar el sistema estatal de reparto? Imposible. La única salida pasa por las cuentas individuales de capitalización de los aportantes mientras el Estado se dedica a crear sistemas pensionarios para los sectores de pobreza extrema.
Los problemas del sistema privado de pensiones en el Perú, pues, están en otro lado, y no en los delirios estatistas de la izquierda anticapitalista. Se necesita desregular todas las trabas que imposibilitan invertir en el exterior, porque el dinero de los aportantes privados no debe utilizarse en las estrategias de enfriamiento o calentamiento de la economía que planean los políticos y burócratas. Se necesita igualmente ampliar la oferta privada de sistemas pensionarios (los bancos, por ejemplo) para reducir el alto costo de las comisiones. En otras palabras, se necesita más competencia y menos Estado, menos burócratas y menos políticos mirando con angurria los fondos privados.
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