Juan Sheput
Un asunto protocolar
La presentación del Gabinete Cateriano ante el Congreso por el voto de confianza.
No debe sorprender que el 63% de peruanos, según Ipsos Apoyo, crea que el Congreso debe otorgar al Presidente del Consejo de Ministros (PCM), Pedro Cateriano, el voto de confianza. En un país donde la cura para el cáncer o el sebo de culebra se puede encontrar en cualquier esquina, creer a ciegas no es de sorprender, de allí que la mayoría de ciudadanos pida la confianza para un PCM al que nadie ha escuchado.
Lo que extraña es el matiz de heroica que se le quiere dar a una presentación protocolar. La del 27 de abril será una exposición del Gabinete totalmente predecible, que tendrá los votos respectivos para iniciar su gestión. No ha cambiado nada, ni cambiará. La forma como se está desenvolviendo el gobierno así lo corrobora.
Otros serán los eventos que, a partir de abril, marcarán la agenda. Ya estamos a menos de un año del día en que se elegirá presidente de la República y nuevo Parlamento. Por lo tanto los reflectores, en la medida que transcurran las semanas, se orientarán a los actuales candidatos o a otros actores que buscarán posicionarse aprovechando algunos vacíos y vaivenes del actual elenco. Fernando Olivera, por ejemplo.
El fin de semana, Olivera planteó la figura de la lucha contra la corrupción señalando que el actual gobierno de Ollanta Humala tiene mucho que explicar. Lo dijo en momentos en que la oposición se toma fotos amistosas y largos apretones de mano con quién ha sido ministro durante los escándalos de López Meneses, César Álvarez, Martín Belaúnde y la DINI. La oposición, temerosa de quedar mal ante los ánimos siempre cambiantes de la opinión pública, no entiende que confrontar al gobierno es lo que se busca para contrarrestar un clima de mediocridad económica y animosidad corrupta en la gestión pública. Las compras que requieren de luz verde tienen un amplio margen de acción, desde armas y satélites hasta pañales, es decir su ámbito de desempeño es diverso en lo ministerial. Es obvio que el presidente Humala lo sabe. Y sabe, sobre todo, quién es más débil en este entuerto, de allí su sobrerreacción cuando se habla de convocar a su esposa ante la Comisión Investigadora del Congreso.
El presidente Humala se ofusca, amenazando con que se meten con él si se meten con su esposa. Lo dice el mismo presidente que decía, cuando sus hermanos Alexis o Antauro eran investigados, que los miembros de su familia no tienen ninguna corona. Si es así, pues tampoco la tiene su esposa, que, de ser llamada por el Congreso, tendrá que asistir.
El presidente Humala parece olvidar sus ataques personales contra la señora Pilar Nores o los de su “compatriota” Daniel Abugattás contra la esposa de Alejandro Toledo en plena campaña. Esos sí fueron ataques agraviantes, de muy baja estofa, ante los cuáles, por supuesto, no dijo nada, más bien los alentó.
No creo que al presidente Humala le preocupe mucho la presentación de su Gabinete el próximo 27. Le preocupan desde ya los resultados del 17 de abril del próximo año. De allí que no quiera que citen a su esposa, que utilice los programas sociales a su antojo e impulse un despilfarro económico cuyos resultados sufrirá el próximo gobierno.
En tanto lo del lunes 27 es meramente protocolar.
Por Juan Sheput
21 - Abr - 2015
COMENTARIOS