Raúl Mendoza Cánepa
Sultanes con escaño
El allanamiento de la Fiscalía a los domicilios y oficinas de 18 congresistas
Leo en El Comercio: “Hallan US$ 71.950 y S/ 33.570 debajo del colchón del congresista José Arriola de Acción Popular”. En Peru21: “congresistas Cordero, Wong, Flores y Vergara en el banquillo”. Ya sabemos que la Comisión de Ética no pasaría de suspenderlos un tiempo corto, en una empresa privada hubieran sido echados en el acto, pero “yo, ciudadano”, que pago sus sueldos con mis impuestos, no los puedo botar.
Leo del allanamiento de la Fiscalía de la Nación a los domicilios y oficinas de dieciocho congresistas, esos presuntos “niños” que le quitaron representatividad al Congreso. Luego, en una nota que ya pinta vintage, RPP dice: “La Comisión Permanente del Congreso aprobó el informe final de la denuncia constitucional a la exparlamentaria aprista Luciana León que recomienda acusarla por los presuntos delitos de tráfico de influencias, cohecho pasivo y peculado doloso (…)”. No aprobaron la acusación por el presunto delito de organización criminal. Quizás deba revisar los hechos o releer mis códigos. Y al final, probablemente unos pocos sean desaforados para que sus accesitarios, los suplentes de los suplentes (o sea la Copa Perú), representen a sus partidos. Acción Popular hace rato le faltó el respeto a su histórico y venerable fundador y nadie rinde cuentas.
Ya agota sumar los viajes innecesarios, exóticos y caros, la buena vida y el patrimonialismo, ese de creer que ser congresista lo hace a uno dueño de su curul y de su despacho. Sin contar con los extremistas antidemocráticos que ocupan escaños, cuando bien que su sueño es ver caer al templo de las leyes.
Y en eso de creerse lo de los privilegios, hace un tiempo la congresista María Agüero, de Perú Libre, se quejaba de que su sueldo de S/ 15,000 no le alcanzaba. Cosa mala esa de ser pobre y superar los cinco dígitos, cuando hay millones de peruanos que la hacen agónicos con mil soles o raspando avisos de empleo allí dónde la puedan hacer. Agüero, como tantos rojos, sueña con ver fuera a la Fiscal Patricia Benavides; claro, sin este reducto de la legalidad llegaría la afasia fiscal. Sin Benavides hasta Pedro Castillo hubiera sido proclamado Inca para celebrar las navidades con todos los supremos poderes y la vara del sol en una mano.
Y ya que cito Twitter, recojo la respuesta de una tuitera a Agüero: “Y yo exhorto a la Embajada de Estados Unidos para que le quiten la visa a la comunista (…), odiadora de los Estados Unidos, defensora de Cuba (…)”. Vamos, embajadora Lisa Kenna, no sé cómo entró Agüero a los Estados Unidos, dicen no sé qué…, y si alguien lo sabe, que decida lo que corresponde.
Los congresistas provienen de los partidos y son los partidos los que deben reformularse para tener un correlato en el Congreso. Háganse una y róbenle la linterna a Diógenes a la hora de elegir a sus cuadros.
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