Juan Carlos Valdivia
Se requiere cambios
De no producirse, la desaprobación continuará incrementándose
De no producirse, la desaprobación continuará incrementándose
Los efectos de la marejada que viene de Brasil aún no los podemos medir. Entre ellos hay que destacar el menor crecimiento —lo cual implica menos empleos— y también la pérdida de los puestos de trabajo de las empresas comprometidas. A la fecha se habla de 15,000 trabajadores de Odebrecht y cerca de 30,000 de Graña y Montero. Y aun no contamos a las otras empresas brasileñas y peruanas.
Es una situación muy complicada la que enfrenta el gobierno, que no parece ser consciente de las reales dimensiones del problema. Su agenda, que busca dinamizar las inversiones reduciendo trámites, choca contra la crisis de confianza que ha generado el maremoto brasileño. Y el reflejo en las encuestas, la tendencia a una desaprobación creciente, muestra que la desconfianza es mayor mientras haya más pobreza.
A este gobierno le es ajeno lo cotidiano para el ciudadano. Mientras al gobierno le parece importante crear un viceministerio que se haga cargo de los conflictos sociales, al ciudadano común y corriente le interesa encontrar medicinas en los hospitales del Estado, que el precio de los alimentos no se incremente, que no lo asalten en la puerta de su casa, en el ómnibus o el restaurante.
La desconexión del gobierno con las aspiraciones de los ciudadanos es abismal. Y ello no tendrá solución hasta que nuevos ministros asuman algunas carteras. Se requiere experiencia y capacidad para hacer política, algo de lo que carecen los actuales ministros. Las preocupaciones de los ministros —quienes en su gran mayoría no tienen vida partidaria ni ninguna relación con el pequeño grupo parlamentario oficialista—, solo responden a las inquietudes del presidente y su premier.
¿Qué hacer? De no producirse cambios, la desaprobación continuará incrementándose. Un gobierno débil, con una pequeña y poco disciplinada bancada parlamentaria, sin un partido que la respalde y con la mayoría de ciudadanos desconfiando, temblará ante el primer cuestionamiento. Lo vemos en el caso de la concesión del Aeropuerto de Chinchero, en donde se han ido enredando, sin la capacidad de comunicar una posición creíble, en muchas equivocaciones que han quedado graficadas en una serie de fotografías.
Se requiere de nuevos ministros que otorguen un nuevo aire al gobierno. Un cambio en varias carteras permitiría, además, un retiro digno del ministro Vizcarra quien, de no producirse el cambio, terminará censurado. Lo que afectaría fuertemente al gobierno, al ser Vizcarra vicepresidente de la República.
El país requiere un gobierno con credibilidad y capacidad, que sintonice con las aspiraciones de los ciudadanos. Si tenía un plan, debió explicarlo y convencer. Hoy ya no hay tiempo. Se requiere cambios urgentemente.
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