Alan Salinas

¿Ruptura o desborde de la política peruana?

La hora de Julio Guzmán y Gregorio Santos

¿Ruptura o desborde de la política peruana?
Alan Salinas
09 de abril del 2019

 

Luego del escándalo de corrupción a gran escala vinculado a la constructora brasileña Odebrecht, que ha generado una grave crisis, pasemos revista a lo que está pasando políticamente en el país. La ciudadanía en general —si bien ya tenía un hastío hacia la clase política— con este evento, sin precedente para la política peruana, acentúa aún más su desprecio hacia su élite dirigencial. La corrupción en todos los niveles —después de la falta de representación— pone sobre el tapete la necesidad de hablar sobre el futuro de nuestra joven democracia.

Planteo dos preguntas claves para comprender ese futuro: ¿hacia dónde vamos? ¿Avanzamos hacia un momento constituyente (de ruptura con un actor político nuevo) o hacia un desborde de la normalidad (o salida desde nuestra propia clase política)? Sobre el primer punto, no existe aún un actor político —fuera del establishment—, del tipo de Rafael Correa o Pablo Iglesias, que presente un discurso nuevo a una narrativa política en crisis, en el que se hable de una reconstrucción o refundación de la moral pública del país.

Dentro de las agrupaciones políticas conocidas, existen actores que no formaron parte de esta grave corrupción que ha generado Odebrecht (¿o quién sabe?), que pueden darle una respuesta al discurso desgastado y desprestigiado de los políticos actuales. Estos son Julio Guzmán y Gregorio Santos. El primero viene haciendo un trabajo silencioso sobre lo que representa la vieja política, pero sin aún tener un discurso que genere un corto circuito con lo viejo. ¿Cómo lo hará? Ese es su gran reto.

Santos, el segundo, desde un escenario aún periférico habla de una nueva constitución, sin tener aún aliados importantes ni un discurso que relance su proyecto político más allá de Cajamarca, Junín y el sur del Perú. Si bien son importantes esas zonas, por el tema minero y rural, necesita romper el cerco geográfico y pasar a Lima y el norte del Perú.

Mientras tanto, los partidos tradicionales (como el Apra, PPC y Acción Popular) se mantienen aún en un enfrentamiento que podrían dejarlos —si no toman medidas políticas a tiempo— fuera de las grandes ligas electorales. El Apra tiene que dar paso a una renovación política sostenible en tiempo (cuenta con gente para ello). En el PPC, todo está en incertidumbre. Acción Popular ganó varias alcaldías y gobernaciones regionales, pero tendría que ver el desempeño que realicen esas autoridades con miras al 2021.

A este desborde de la normalidad que apreciamos le falta un alto voltaje de respuesta política para capturar el sentido de representación en la ciudadanía. Existen los elementos suficientes para ello. Veamos qué sucede para el rumbo democrático del país.

 

Alan Salinas
09 de abril del 2019

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