Renatto Bautista

Reflexión sobre El Salvador

En El Salvador no hay presos políticos ni inhabilitados para participar en las elecciones

Reflexión sobre El Salvador
Renatto Bautista
19 de febrero del 2024


Como todos sabemos, el domingo 4 de febrero del 2024 fueron las elecciones presidenciales y legislativas en El Salvador, en las que Bukele y su partido Nuevas Ideas han barrido, con un sólido 83% en las presidenciales. Sinceramente no soy admirador de Bukele, porque su pasado político fue militando en el FMLN, un partido de izquierda radical que surgió en base a guerrillas marxistas; algunos me dirán que de seguro evolucionó políticamente, otros me dirán que nunca fue un socialista más bien que es un tránsfuga que al ver la caída de respaldo popular del FMLN, decidió iniciar su propio proyecto político que lo llevó a ganar las elecciones presidenciales de los años 2019 y 2024. Creo que en política es importante marcar posiciones, pero si un ciudadano es inteligente para evolucionar a posiciones democráticas y moderadas, me parece bien.

Sobre la elección y los resultados del 4 de febrero, puede ser preocupante la acumulación del poder político en manos del reelecto presidente Bukele, porque podría llevar a corrupción. Pero lo cierto es que algunos críticos de Bukele no tienen autoridad ética para criticarlo porque son admiradores confesos de tres comprobados dictadores como Diaz Canel de Cuba, Maduro de Venezuela y Ortega de Nicaragua. La enorme diferencia de los dictadores antes mencionados con las elecciones generales del 4 de febrero del 2024 es que en Cuba, Nicaragua y Venezuela no hay separación de poderes, hay presos políticos, hay inhabilitados políticos –como la ex diputada María Corina Machado– y no hay elecciones en libertades políticas. Cuba, como todos sabemos, es una dictadura totalitaria desde el 1 de enero de 1959.

En cambio, en El Salvador no hay presos políticos ni inhabilitados para participar en las elecciones, al grado que Flores del FMLN, Sánchez de ARENA, Parada de Nuevo Tiempo y otros candidatos han participado con absoluta libertad en este proceso electoral. Indudablemente, El Salvador es una democracia representativa que tiene éxito, por lo menos a corto plazo, gracias a la severa política de seguridad ciudadana de Bukele que lo hace muy popular con los electores más pobres de El Salvador. 

No me queda más que desearle éxitos al presidente Bukele en su segundo quinquenio, ojalá que El Salvador siga con políticas exitosas en seguridad ciudadana y sea un faro de libertad en nuestro bello continente.

Renatto Bautista
19 de febrero del 2024

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