Antero Flores-Araoz
Punche a la minería
Requiere el apoyo del Estado para levantar las trabas burocráticas
Es más que sabido que la minería es una de las principales actividades en nuestra patria. Y ello porque la naturaleza ha sido generosa con nosotros, también porque tenemos cuantiosas reservas estimadas como también probadas; porque esta actividad da trabajo directo e indirecto a miles y miles de compatriotas, porque genera actividades conexas, además de ser los minerales nuestro principal producto de exportación, lo que hace también mover los transportes, tanto carreteros como ferrocarrileros y marítimos, con lo que además se genera movimiento portuario. Ni qué decir que la minería es uno de los principales recursos que inciden en la recaudación tributaria en el país, permitiendo por lo demás, tener una balanza comercial positiva.
No existe país en el mundo que tenga el privilegio –como lo hemos señalado múltiples veces– de contar con una cordillera como la de los Andes, que con tres ramales recorre al Perú de norte a sur, llenos de mineral, ya sea metálico o no metálico, que es una gran riqueza natural; y que incluso servirá en el futuro para desarrollar actividades industriales complementarias, transformando materia prima en producto terminado. Adicionalmente, nuestra posición geográfica con vista al Pacífico Sur, hace que los países del sudeste asiático, que están en permanente crecimiento económico, sean nuestros clientes por excelencia, sin olvidar su capacidad de inversión.
Cabe agregar que cada día se requiere en el mundo más cobre y que la utilización del litio, que por cierto poseemos, hoy es de vital importancia, pese a lo cual la explotación del cobre es insuficiente y la del litio inexistente. ¡Incomprensible! Contamos con proyectos mineros muy relevantes como Tía María, La Granja, Galeno, Pampa de Pongo y los Chancas que requieren el apoyo del Estado para facilitar la interminable tramitología existente y levantar tanta traba burocrática, que se convierte en una maldición.
Por otro lado hay proyectos que ya se están ejecutando, aunque en ritmo no sustancial, que requieren también el apoyo estatal para hacerlos más céleres, facilitando arreglos satisfactorios para todos con las comunidades sobre las cuales tienen incidencia tales proyectos. Nos referimos, sin ser los únicos, a Toromocho II, a la reposición de Antamina, a la ampliación de Santa María (Poderosa), San Gabriel, Inmaculada, Zafranal, Corani, Romina y Yumpag, entre otros.
Ya en los temas mineros, sobre todo, no bastan los ofrecimientos gubernamentales de que existirá la “ventanilla única”, es hora que se norme y ponga ella en práctica, pero además se fusionen o se dejen de lado una serie de organismos estatales que lejos de ayudar al desarrollo de la actividad minera y, por ende del país, lo único que hacen es ponerle cabes al desarrollo y desmotivar a los capitalistas, que cuando ven los obstáculos, por cierto buscan otros países donde hacer inversión. Tengan en cuenta que si bien tenemos privilegios de la naturaleza, otros países los compensan con mayor celeridad en trámites, concesiones, licencias y permisos.
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