J. Eduardo Ponce Vivanco
PPK: Buen ajedrecista
La visita a China resulta una excelente “apertura”
Un ajedrecista de quilates no solo hace una buena apertura, la escoge como el inicio de la estrategia que guiará su juego. Kuczynski seleccionó con cuidado a su canciller, designó de inmediato un buen equipo de diplomáticos profesionales en Torre Tagle y las embajadas más importantes, conversó con los presidentes más afines el 28 de julio, evaluó la situación, se posicionó en los primeros temas a la vista (Alianza del Pacífico, confluencias regionales y globales, conversación telefónica con Obama, APEC, Venezuela, declaración sobre Trump, entre otros) y anunció su primera gran visita: China. No entraré en el análisis interno, pero sus movidas y su actitud revelan la misma inteligencia sutil y organizada en lo fundamental. La baza que jugó en la Oroya fue una “puntada con hilo”; un hilo que llegaría hasta Pekín —cuna de la civilización antigua más creativa y perdurable— para proponer avenidas de cooperación que multipliquen las ventajas y complementariedades evidentes entre los dos países.
El escenario mundial está alborotado por todas partes y hay que estar prevenidos. Antes del 2020 habrá elecciones en EE.UU., México, Colombia, Brasil, Chile y Ecuador; para no mencionar Alemania y Francia, donde el populismo irracional puede tener un fuerte impacto para Europa y todo el mundo. Si bien el sistema de colegios electorales que elige al presidente norteamericano favorecería a la Sra. Clinton, el arrollador empuje de Trump —desde una derecha primitiva— y el inesperado vigor demostrado por Bernie Sanders —desde la izquierda— han alterado la disputa entre demócratas y republicanos. Han forzado el componente migratorio —la xenofobia “trumpista”— que confluye y se agrava por el aislacionismo comercial y estratégico propugnado por el vociferante billonario empeñado en “entretenerse” con la política.
Los demócratas de Hillary Clinton, enemigos tradicionales del libre comercio (salvo Obama), tendrán menos margen para respetar los tratados de libre comercio, que Trump ha ofrecido “renegociar” (a la mala); no solo con países como el nuestro, sino también con potencias como China (a la que responsabiliza de agredir económicamente a USA). Tendremos que vigilar nuestro acuerdo bilateral. Si Washington no ratifica el TPP se nos puede desplomar un mecanismo que ha costado tanto construir. Ni qué decir del tratado que EE.UU. negocia con la UE (TTIP) y otros acuerdos comerciales multilaterales existentes o en gestación.
El Wall Street Journal se alarma por la tremenda y costosa expansión de las FF.AA. que Trump ha propuesto, aunque incomprensiblemente haya amenazado con reducir la cooperación norteamericana o abandonar a los aliados militares que no aumenten sustancialmente sus gastos en defensa. La OTAN y sus similares en otras latitudes, Japón y tal vez la India estarían preocupados por esta profusión de ideas locas y expresadas en un lenguaje cambiante y agresivo. ¿Qué haría Trump con las NN.UU. y el sistema de seguridad colectiva? Estaríamos frente a la reversión del orden internacional post 1945, que subsiste con parches y muletas… pero resiste. Tal vez porque todos saben que sería imposible lograr un acuerdo que pueda reemplazarlo.
China es un buen punto de apoyo para comenzar la partida. Nuestro presidente ha sido enfático al señalar que no hemos ido a pedir —como tantos otros—, sino a proponer acuerdos de mutua conveniencia entre dos pueblos y civilizaciones antiguas, que se han encontrado en intercambios tan naturales como la migración, el comercio y la gastronomía. Su esposa ha jugado ping-pong, recordando con gracia el brillante gesto ideado por Kissinger y Chou en Lai para reconstruir sus relaciones. Ha ido también a Shanghái, ha estado bien acompañado por empresarios y ha inaugurado una muestra cultural.
No hay duda que la Cumbre de APEC, precedida por una multitud de reuniones preparatorias en todo el Perú, será una oportunidad bien aprovechada. El encuentro con China enriquecerá los que tendremos con el presidente Obama y los otros jefes de Estado que visitarán nuestro país, quienes podrán apreciar el progreso y dinamismo de los peruanos.
J. Eduardo Ponce Vivanco
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