Martín Taype
Pesimismo en el crecimiento económico en Perú
Según un estudio del Banco Central de Reserva
Podemos definir al crecimiento económico como el incremento en la producción de bienes y servicios en una economía de un periodo a otro. El cálculo de crecimiento anual se hace comparando el valor del Producto Bruto Interno (PBI); es decir, todo lo que se produjo en la economía en un periodo determinado respecto al valor de lo producido en el mismo periodo del año previo. Un elemento clave en el crecimiento económico son las inversiones, si estas aumentan la economía crece.
El crecimiento económico se observa cuando aumentan los indicadores de producción, consumo de energía, capacidad de ahorro, inversión y consumo de servicios, entre otros, que en conjunto componen la renta de un país; y al menos en teoría, reflejan un alza en la calidad de vida de la población. Pero como sabemos, esto no es en la práctica necesariamente cierto, como lo he indicado en otras oportunidades crecimiento económico no implica necesariamente desarrollo económico.
Veamos las perspectivas de crecimiento económico para nuestro país “La expectativa de crecimiento del PBI para 2023 se revisó a la baja por parte de analistas económicos y el sistema financiero, pasando a un rango de 1.9% y 2.3% en abril” Según la Nota de Estudios N° 32 del Banco Central de Reserva del Perú del 5 de mayo del presente año. Con respecto a los pronósticos de crecimiento económico para nuestro país para el presente año, los veo aún muy optimistas, dado que la perspectiva de crecimiento de nuestra economía es muy incierta debido a factores económicos y geopolíticos externos y a factores internos. Pudiendo incluso no crecer nada este año 2023. Según una reciente nota de prensa del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el primer trimestre de este año el PBI cayó en 0.43%.
En el ámbito externo la desaceleración de la economía mundial definitivamente nos va a impactar. Y además recordemos nuestros puntos débiles como nuestra dependencia a las importaciones de productos esenciales, como los energéticos, los fertilizantes y los alimentarios. A eso se suma que dependemos mucho de las exportaciones de los productos mineros, los cuales si bien tienen perspectivas de recuperación, no puede darse por sentada, por los vaivenes de los precios internacionales y el descubrimiento de nuevos yacimientos de minerales en otros países como el litio en Irán, o los de oro, plata y cobre en México, por citar algunos, los que cuales influyen en los precios del mercado.
En el ámbito geopolítico el riesgo de guerra global sigue siendo un factor negativo para el crecimiento económico, aun cuando para ciertos sectores económicos, como el militar, es favorable. Pero ello implica a las grandes potencias militares industrializadas que no es nuestro caso. En el ámbito interno, la inestabilidad política, las denuncias de corrupción, la creciente inseguridad ciudadana, el impacto del fenómeno de El Niño costero y la epidemia del dengue son lo más relevante.
Ante este contexto, el Gobierno y el sector privado tienen que tomar medidas proactivas, como la búsqueda de nuevos mercados sin injerencia política alguna. También enfrentar con estrategias técnicamente viables y no populistas los factores del ámbito interno, para lo cual invoco a dejar intereses personales, políticos y de grupos de poder, y luchar todos los peruanos por sacar adelante nuestro país. ¡Sí se puede!
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