Perú, ¿hortelano o adolescente?

Como peruano es una pena ver la manera en que nuestro país pierde el paso y se va relegando frente a otros países del mundo, a pesar de tener las condiciones para su desarrollo. Si bien el Perú ganó a Bolivia por tres goles contra uno en la Copa América, el país altiplánico podría ganarle al Perú en otro aspecto competitivo. De acuerdo a informaciones en la prensa, las empresas eléctricas Kallpa (Mollendo) y Engie (Ilo) recurrirían al Gobierno del boliviano Evo Morales para comprarle gas natural.

Mientras aquí perdemos el tiempo en ver quién pecha a quién, Evo Morales toma la delantera frente a la ineptitud de algunos. En 2011, el Gobierno de Alan García dejó firmado el gasoducto, pero luego Ollanta Humala asumió el Gobierno e hizo borrón y cuenta nueva. El gasoducto terminó costando más plata, y los peruanos empezamos a pagarla en nuestros recibos de luz, como denunció el Apra en el año 2014.

Desde 2011 a la fecha han transcurrido ocho años, y aún habrá que esperar más. Mientras continúan los estudios técnicos del proyecto para su posible adjudicación en el segundo trimestre del 2021, su ejecución podría tardar otros cuatro años más. A ese ritmo marcha nuestro país. El Perú es un país con muchos recursos, pero de los cuales solo pocos son realmente aprovechados.

Chile exporta 5.2 millones de toneladas de cobre al año, mientras que el Perú —teniendo la capacidad de exportar cinco millones— solo exporta la mitad. La falta de preparación política de nuestros líderes y la falta de entendimiento entre peruanos detiene al país. Tía María (Arequipa), Conga (Cajamarca), La Granja y Michiquillay, entre otros proyectos permitirían al Perú disputarle a Chile su sitial en la exportación de cobre.

La desnutrición crónica infantil por falta de hierro en la sangre es otra muestra de un recurso poco valorado: el humano. Se adquieren las chispitas para los niños, pero —como se dijo alguna vez— solo un 55% son repartidas de manera oportuna. No hay derecho. El Perú, en sus miles de contrastes, tenía en Flor de Amancaes un elevado índice de anemia; así como en Cusco, donde puede llegar a consumirse un millón de cuyes al mes, lo que aportaría casi un kilo de proteínas diarias por familia.

Así, los peruanos tenemos la Amazonía para exportar muebles de madera, las lluvias que bañan la cordillera y los vientos de los desiertos para la producción de energía más limpia. Y como Dios a la gloria le cambió de nombre y le puso Perú, se encuentra litio al sur del país: metal con demanda para el funcionamiento de teléfonos inteligentes, computadoras, autos eléctricos, pilas para marcapasos y relojes, entre otros.

Circunstancialmente, hoy, dos de los personajes más representativos o polémicos del Perú provienen de ese sur que se manifiesta, hacer sentir su voz de protesta, y no tolera la injusticia social. Hace muchos años, un hombre dijo que el Perú tenía rostro de un país adolescente, otro dijo que aquí por indolencia u ociosidad se cumplía la ley del perro del hortelano que reza: "Si no lo hago yo, que no lo haga nadie".

¿Hasta cuándo los peruanos, pudiendo vivir bien, seguiremos perdiendo la oportunidad de pegar el salto debido a la falta de preparación, de capacidad y de lectura? Siento rabia con solo ver lo maravilloso de este país y la manera en que perdemos el tiempo, como si el resto del mundo nos fuera a esperar toda la vida.