Iván Arenas
Patria Roja y el fracaso de la tercera toma de Lima
La izquierda se ha desmoronado ideológicamente
Estimado lector, usted se preguntará por qué menciono a Patria Roja en el análisis del fracaso de la denominada tercera toma de Lima. Lo explico a continuación.
Luego de la caída del fujimorato, Patria Roja debió ser el gran partido de la izquierda que siguiera el modelo del Partido Comunista chino, de abrirse al mercado y a la iniciativa privada. Y sobre todo de ser la correa de transmisión entre los sectores populares “barrantistas” y el Estado que se reforma en los noventa. Considero que Perú perdió la gran oportunidad de tener una izquierda sólida ideológicamente, dispuesta al juego de las instituciones democráticas y, sobre todo, arraigada en el capitalismo popular. Nada de eso pasó.
Si hoy la izquierda es un desierto –basta ver el rotundo fracaso de la tercera toma de Lima– es porque la zurda actual no sólo se ha desmoronado ideológicamente ante la posmodernidad, sino que además sus líderes son tan pequeños, tanto en lecturas como en estrategias y tácticas políticas, que a cualquier santo le rezan. Patria Roja, de ser un partido maoísta macizo, racionalista y universalista, tal como se sigue en el canon marxista, ha pasado a ser una cobija de jóvenes posmodernos sin programa ideológico para un país con una sociedad tan compleja, emergente, de mercados populares e instituciones culturales tan tradicionales como conservadoras.
No solo eso, en la lid electoral Patria Roja ha perdido todo terreno frente a la ambición cerronista que, formando un partido en menos de una década, llevó a un profesor básico a la presidencia de la República. Adicionalmente a todo lo anterior, el Fenate, los herederos del pensamiento Gonzalo, sus enemigos de siempre, le carcomen las bases de aquel SUTEP que se cansó de ser manejado por un partido acostumbrado a hibernar en un espacio pequeño pero cómodo, sin la ambición legítima de convertirse en un partido de gobierno nacional.
Si hoy las marchas y los gobiernos de izquierda fracasan, o si llegan aventureros a la presidencia como Toledo o Humala, es justamente porque hay una izquierda, otrora sólida, que no apostó por hacer marxismo y sociología de verdad, y prefirió el eterno lugar de estar sin estar. Patria Roja se volvió la muletilla de la izquierda indefinida, mesocrática y clasista que siempre los vio como los hermanos “marrones”.
No imagino a aquel buró político liderado por Alberto Moreno, Bazán o al profesor Breña Pantoja, tres tigres de la vieja escuela, aplaudiendo a Bellido, Cerrón u otro de la mesocracia zurda por allí. No lo imagino, sinceramente.
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