Andrea Narvaez
Paleolibertarismo
Unión de los valores tradicionales y defensa de un Estado limitado
A finales de los años ochenta surgieron nuevos términos políticos en Estados Unidos, como “paleoconservadurismo” y “neoconservadurismo”, para marcar las diferencias ideológicas al interior de la derecha norteamericana. Los paleoconservadores eran los opositores a las políticas que derivaron del plan de Gobierno de Franklin D. Roosevelt, quienes defendían la idea de un Estado limitado. Dentro de este grupo encontramos a diversas figuras libertarias, y entre los más destacados estaba Henry Hazlitt, conocido como el primer promotor de la economía austriaca en este país. Mientras los paleoconservadores defienden la libertad y la república, los neoconservadores priorizaban el pragmatismo, un mayor gasto federal, la expansión del Estado de bienestar y una política exterior intervencionista.
A finales de los ochenta Murray Rothbard, un destacado economista libertario, y el asesor político Lew Rockwell se unen a las ideas paleoconservadoras debido a una cierta afinidad ideológica, formando una alianza de pensadores. Y es entonces que surge el término “paleolibertarismo”. Esta corriente libertaria combinó los valores tradicionales y la defensa de un Estado limitado. De acuerdo a Rockwell, el paleolibertarismo se remonta a grandes pensadores como Ludwig Von Mises, Albert Jay Nock y Garet Garret, basados en los debates del derecho antiguo, que se oponía al New Deal impulsado por Roosevelt: una política de Estado que consistía en una serie de programas, regulaciones y reformas financieras para salir de la Gran Depresión, pero que al final resultaban muy hostiles con el crecimiento económico y la libertad empresarial.
Según Rockwell, una facción de libertarios hizo las paces con la religión, tomando como fundamento la libertad, la propiedad y el orden natural para dar paso a una nueva generación de paleolibertarios. En sus ensayos afirma que los progresistas o los libertarios de izquierda se basan en el odio a la cultura occidental, y que esta debe ser defendida, por sus estándares morales, de la tradición judeocristiana. En tal sentido, en nuestros días esta postura palelolibertaria es la que rechaza la "corrección política", el multiculturalismo, la inmigración ilegal, el globalismo, el neofeminismo y la ideología de género.
Los valores de este movimiento se expresan en la defensa de la libertad, la propiedad, el capitalismo, la paz, el orden natural y la moral cristiana de Occidente. ¿Pero qué diferencias hay entre los conservadores actuales y los paleolibertarios? Si bien es cierto que los paleolibertarios son conservadores en el aspecto moral, no intentan obligar, a través del Estado, a que los demás se rijan por el mismo código de valores. Es decir, ejercen un respeto estricto al libre albedrío del otro individuo, aunque no comparta su filosofía de vida.
En el plano económico, el paleolibertarismo defiende las economías de libre mercado como un mecanismo moral y práctico; asimismo la propiedad privada, como una herramienta económica para una sociedad libre. En el plano cultural promueve el conservadurismo social sin intervención estatal, defiende a la Iglesia, como fuerza que garantiza un equilibrio moral; a la familia, como célula básica de la población; y a la comunidad, como modelo de organización espontánea.
Finalmente, el paleolibertarismo es un movimiento que está resurgiendo y tomando fuerza en nuestras sociedades, como una alternativa a las corrientes liberales que no solo defienden el libre mercado, sino también comparten la agenda cultural de la izquierda, como la promoción del aborto, la legalización de las drogas, la ideología de género y otros agregados. Probablemente muchos no conozcan los orígenes de este movimiento; sin embargo, en la práctica podrían ser paleolibertarios netos.
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