Heriberto Bustos
¿Oportunidad o destino?
La crisis de la educación pública peruana
Las Evaluaciones Censales (ECE)(*), que realiza el Ministerio de Educación a través de la Oficina de Medición de la Calidad de los Aprendizajes (UMC), están mostrando serias debilidades en los aprendizajes en lenguaje y matemáticas de nuestros estudiantes en el segundo grado del nivel secundario, comparado con los rendimientos de otros del mismo grado en primaria. Veamos:
ECE |
Lectura |
Matemáticas |
||
Año evaluado |
2do. Grado Primaria |
2do. Grado secundaria |
2do. Grado Primaria |
2do. Grado secundaria |
2016 |
31,4% |
14,3% |
26,2% |
11,5% |
2018 |
34,8% |
16,2% |
30,7% |
14,1% |
Los datos, corresponden solo al nivel satisfactorio, vale decir al logro de los aprendizajes esperados para el ciclo evaluado; lo que naturalmente esperaríamos, tras nueve años de estudios, es que haya un incremento favorable, pero lo cierto es que ocurre lo contrario. Este es un aspecto que debe preocupar a la ciudadanía, pues en segundo de secundaria, a nivel nacional, tan solo 16 estudiantes de 100, comprenden lo que leen y 14 resuelven problemas. Es más, la gravedad mencionada se incrementa en el área rural, donde solo tres de cada cien estudiantes comprenden lo que leen y resuelven problemas.
El déficit comentado se viene arrastrando desde fines del siglo pasado. Se han dado pasos para tener instrumentos de gestión adecuados, mediante la Ley General de Educación (N° 280444) y el Proyecto Educativo Nacional, y en consonancia con ello garantizar una adecuada gestión, asegurando inclusive que los ministros y viceministros surgiesen de las “canteras” de Foro Educativo o del Consejo Nacional de Educación. Pero ocurre que los resultados nos gritan al oído que algo no está bien, que es momento de reconocer que no vamos por el camino correcto.
Quizá por ello, la demanda de opiniones o posturas cívicas cabales en la actual coyuntura política no esté presente en la colectividad. Resulta bastante limitado lo que pueda esperarse en materia de respuestas críticas de un grueso sector de peruanos, que han ido cargando con el correr de los años sus limitaciones para comprender lo que leen y responder con acierto a los distintos mensajes que pululan en el ambiente. Surge entonces el interrogante crucial de qué tipo de ciudadanos y para qué modelo de sociedad estamos formando.
Mucho se habla de aprender y desaprender, poner por encima de los intereses personales los del país y, lo que es más, responder desde o con la educación a las expectativas y necesidades de progreso nacional, a desarrollar las mejores o mayores acciones para asentar la inclusión en un país tan diverso y próspero como es el nuestro. Sin embargo, pareciera que estamos coadyuvando a la construcción de ciudadanos sin alma ni humanidad.
Es hora de dejar de “hacernos los suecos” sobre los acontecimientos que vive el país; de superar el entretenimiento en discusiones técnicas o filosóficas poco oportunas; de empezar a elaborar y ejecutar propuestas más cercanas a lo nuestro; de realizar esfuerzos para entender y practicar la tolerancia, rompiendo los círculos o clubes de amigos que creen equivocadamente ser los amos y señores de la pedagogía peruana; de liberarnos de la dependencia de experiencias externas.
Hagamos de esta crisis una oportunidad para reubicar el rol de la educación en el crecimiento del país. La magnitud de su importancia y trascendencia es tan grande y seria, que las capacidades del Ministerio de Educación y de las instituciones que recibieron el encargo de mejorarla resultan demasiado cortas para ello. Es momento de avanzar hacia un Pacto Nacional parar hacer de la educación el eje central de nuestro desarrollo.
* La Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) es una evaluación estandarizada que realiza el Ministerio de Educación desde el 2007 (con antecedentes desde el 2001) para conocer los logros de aprendizaje alcanzados por los estudiantes del país.
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