No vale dormirse en los laureles

¿Cómo pasar de las promesas a los logros?

Después de una apretada contienda electoral, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) asumió la Presidencia del Perú. Esto ha venido acompañado de una serie de sucesos que han dado nuevos aires a una población acostumbrada a ver siempre lo mismo. ¿Será que realmente se vienen nuevos tiempos? El mismo día del cambio de mando, PPK dio un mensaje presidencial cargado de positivismo, esperanza y deseos de que el país llegue al 2021 habiendo superado muchos retos. Entre estos retos figuran: pertenecer al Organismo de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), asegurar el acceso a agua y saneamiento de todo la población del país, reformar el sector agrícola, recaudar más tributos —a pesar de la anunciada reducción de la tasa impositiva—, formalizar la economía, brindar educación a todos los niños y mejorar la seguridad del país.

Por otro lado, la calidad profesional de las personas elegidas para formar parte del Gabinete ministerial —salvo algunas excepciones— demuestra que el presidente y su equipo se han tomado su tiempo para encontrar a las personas adecuadas para el trabajo que se requiere, y no han dejado nada en el aire. Ejemplo de esto es la elección de Fernando Zavala como primer ministro, o la decisión de mantener a Jaime Saavedra como ministro de Educación. Con esto se quiere decir que se busca resultados desde un principio; y no ir probando, a ver que funciona.

Luego de eso, una serie de factores anecdóticos, pero a la vez importantes, han logrado que la sociedad se sienta cercana y representada por sus gobernantes. Ejemplo de ello fue observar a los ministros y al presidente haciendo deporte antes de una sesión del Consejo de Ministros, el apoyo del Gabinete a diferentes causas sociales —la no violencia contra la mujer y la unión civil entre personas del mismo sexo— y, con esto, la participación de varios miembros de este equipo en la Marcha #NIUNAMENOS del último sábado. Asimismo, la nueva forma de comunicar los nuevos planes y acciones a realizar, como los del Ministerio de Economía y Finanzas, pueden ser muy provechosa para que la población esté debidamente informada.

Todo este conjunto de factores mencionados ha ocasionado que la aprobación de PPK al inicio de su gestión sea una de las más altas de los últimos gobernantes. En este sentido, según CPI, PPK tiene un nivel de aprobación de 70.4%, en base a una encuesta realizada entre el 30 de julio y 03 de agosto. Sin embargo, con el paso de los días, los ánimos se han calmado un poco y una nueva encuesta, realizada esta vez por IPSOS entre el 10 y 12 de agosto, le da una aprobación de 61%, lo cual sigue siendo alto.

No obstante, no hay que dejar de lado que por más ambiciosas que sean las metas, si no se tiene un patrón claro de cómo lograrlas no se va a llegar muy lejos, y hasta se puede recaer en el círculo vicioso de prometer y no cumplir nada. Entonces, la pregunta principal es, ¿cómo se va a lograr todo lo propuesto? Las propuestas y acciones a realizar deben venir acompañadas de un plan de trabajo sólido, concreto y que, además, sea plausible. Los temas urgentes a tratar son la reforma laboral, el acceso a agua y saneamiento, una mejora en el sistema de salud pública, entre otros. Además, un gran reto es atraer a la inversión privada, y para ello es urgente reducir los procedimientos administrativos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se puede reducir la burocracia creando más burocracia; ya que así, mejor es quedarnos como estamos. Asimismo, la atracción de la inversión privada debe ser fomentada con los Tratados de Libre Comercio vigentes o que están por entrar en vigencia. Por más buenos que se vean los nuevos tiempos, no vale quedarse tranquilos, porque sentados no se puede lograr mucho.

Ximena Retamozo Ponce