Mucho valor

Todos sabemos que, al hacer evaluaciones sobre los gobiernos se encontrarán cosas positivas, así como también negativas. Por lo general las cosas negativas son las que llenan los titulares radiales y televisivos, al igual que las carátulas y primeras planas de los medios escritos; y ni qué decir de las redes sociales, que para bien o para mal vienen sustituyendo a todas las anteriores plataformas informativas y de opinión. Los temas positivos van después, quizás porque el morbo, el improperio, la insinuación indecorosa y otras malas artes, generan mayor interés.

Si un terremoto destruyó mil viviendas, ello se informará en primera plana y con letras capitales. Pero si esas viviendas son rápidamente reconstruidas, tengan la seguridad de que si hay información, será minúscula y en página interior. Una pena, pero a eso nos hemos acostumbrado.

Una de las decisiones apropiadas que ha tomado el actual gobierno, sin duda alguna fue el nombramiento del actual canciller Gonzáles-Olaechea, quién aconsejó acertadamente a la presidenta para nombrar como embajadores, sean de residencia o no de Torre Tagle, a excelentes profesionales que dejarán en buena altura el nombre del Perú y ayudarán a mejorar nuestras relaciones diplomáticas y comerciales con el resto de países y organizaciones internacionales como la ONU y la OEA.

También podemos destacar los nombramientos de José Arista y Rómulo Mucho Mamani para las carteras ministeriales de Economía y Finanzas, y Energía y Minas. Ambos profesionales de inmejorable nivel, con experiencia tanto pública como privada, pero sobre todo con compromiso de generar un Perú mejor para todos, al igual como lo es el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén.

Seguramente el apreciado lector se preguntará, el porqué se refiere a exitosos nombramientos y no a tantas cosas malas que hay en la actividad pública. La respuesta es muy sencilla: lo malo ya se dijo y en forma elocuente y ampulosa, mientras lo bueno sigue ignorado o postergado a páginas interiores y a tamaño de aviso económico, por exagerar.

El caso del ingeniero Rómulo Mucho Mamani, es muy singular, pues se le viene acusando de conflicto de intereses. Él ha sido en la actividad pública viceministro de Minas, al igual que congresista de la República. Como vemos, ha formado parte del Poder Ejecutivo y Legislativo. En el sector privado, ha gerenciado una empresa destinada a dar servicios técnicos a las empresas mineras, para lo cual es socio mayoritario de la empresa, pero dejó de conducirla.

Mucho pudo tener antes conflictos de intereses, si hubiese seguido gerenciando la empresa a la que nos referimos, pero ello ya cesó. Se le nombró por su experiencia y conocimiento, siendo una persona que se labró su propio destino desde tierna edad, en Puno, habiendo realizado estudios tanto en el Perú como el extranjero, donde logró diversos laureles, prestigio muy merecido y experiencia que está poniendo al servicio del país.

Si por conocer la minería se le quiere anular, bajo el pretexto de conflicto de intereses, ello sería absurdo. No creo que ninguna persona ajena al sector minero pueda hacerlo mejor. Seguramente un bodeguero sabrá muy bien ofrecer los distintos tipos de vinagre, pero difícilmente podrá destrabar tantos proyectos mineros que necesitamos para el desarrollo de nuestro querido Perú. Mucho sí sabe mucho, y por ello formó parte de una de las planchas presidenciales que participó en las elecciones del 2016, aunque sin suerte.

Aceptar ser ministro, dejando sus exitosas actividades habituales, es casi heroico en nuestro país. No aburramos a quienes están para dar conocimiento, experiencia y valiosa acción.