Lote X: confirmación de desastrosa política hidrocarburífera

El otorgamiento en contrato de licencia de explotación de la mayor área productora de petróleo del noroeste peruano (región Piura), denominado lote X, por más que el gobierno y sus lisonjeros pretendan presentarlo como un éxito, es la demostración palmaria del fracaso de la gestión gubernamental en el sector hidrocarburos. 

Hace 13 años que estamos en un imparable descenso en las cifras en el rubro hidrocarburífero. No se esperaba que el gobierno de Dina Boluarte lo solucionase en un año, pero la expectativa era al menos tener señales de un punto de inflexión para la recuperación. Sin embargo, lo que ha ocurrido es que la situación la han agravado por un supuesto nacionalismo consistente en darle lotes productores a Petroperú, que viene pasando los momentos más difíciles de su existencia. 

El concepto central debía basarse en dos ejes: 1) atenuar la producción declinante y de ser posible revertirla; y 2) dar señales para atraer inversión exploratoria. En el otorgamiento del lote X no se ha conseguido ningún compromiso exploratorio, al igual con lo ocurrido en los lotes I, VI, Z-69 y 8, otorgados a Petroperú. En el caso del lote X, exigir que el postor lleve como socio con 40% de participación a la petrolera estatal (socio que no aportará nada) ha sido una limitante para los ofrecimientos de inversión en prospección. 

Para catalogar resultados de gestión es importante pasar revista a las cifras. En el período 2000-2023, se distinguen dos ciclos: 2000-2011 y 2012-2023. El primero, promisorio en crecimiento en todos sus indicadores; y el segundo, de caída libre. 

El auge del primer período tiene su origen en la disposición de información geológica relevante obtenida por el “Proyecto de Asistencia para la Reglamentación del Sector Energético del Perú” (PARSEP), suscrito en 1998 con el gobierno de Canadá, con el soporte del Instituto Canadiense del Petróleo. Mérito que hay que reconocerle al ex gerente general de Perupetro y Petroperú, el Ing° Miguel Celi Rivera. 

En el 2000, se tenían 14 contratos exploratorios, inversiones en exploración por 392 millones de dólares (MMUS$) y de 925 MMUS$ en producción, se habían perforado 5 pozos exploratorios, y la producción de petróleo alcanzaba 96,000 barriles diarios (MBD). Esa fue la herencia del fujimorismo.

En el 2001, durante el gobierno de Alejandro Toledo, desde Perupetro, con la base de información de PARSEP, se estableció una política de promoción de exploración y producción que fue dando resultados progresivos.

En el 2006 el gobierno de Alan García, acertadamente continuó la política heredada y en el 2011 los resultados en ese año fueron elocuentes: 62 contratos exploratorios, inversiones de 599 MMUS$ en exploración y 1,046 MMUS$ en producción, 20 pozos exploratorios perforados; 5,070 Km de sísmica 2D y 2,964 Km2 de sísmica 3D. Se tenían buenos augurios para la producción que había caído a 70 MBD. 

Del 2011 en adelante, al haber tenido solo 2 hallazgos que podían sostener una producción comercial (lotes 95 y 131), a la vez que la exposición de la información de PARSEP se había agotado, la promoción no tuvo resultados atractivos. Al 2023 la situación ha sido calamitosa: 6 contratos exploratorios, ningún pozo exploratorio perforado, cero líneas sísmicas en 2D y 3D, cero inversión destinada a la exploración y la explotación reducida a 269 MMUS$, mientras que la producción llega a tan solo 39 MBD. 

En las circunstancias señaladas se necesitaba conseguir un nuevo convenio para obtener información geológica o autorizar que Perupetro puede contratar trazado de líneas sísmicas, este tipo de inversiones son muy inferiores a la perforación de pozos. De esta manera se podría tener mejor data para la promoción. Además, como se vencían los contratos del noroeste era el momento propicio para hacer procesos que atrajesen interesados que pudiesen ofrecer compromisos exploratorios. Cosa que no ha ocurrido. 

El gobierno publicita el otorgamiento del lote X diciendo que invertirán 800 MMUS$ en pozos productores (no en exploratorios) en los próximos 10 años. Es risible su campaña, comparen con lo que existía en un solo año en el 2000 que era de 392 MMUS$, y en el 2011 de 599 MMUS$, y que eran destinados a la exploración. Solo en el relevo de esta gestión mediocre podemos esperar mejores tiempos.