Fernando Cáceres
Los robacable
El 50% de los peruanos se roba la TV por cable
Aunque usted no lo crea, prácticamente uno de cada dos peruanos que usa la TV Paga la roba. Sí, la "mota" de “robacable” que le pusieron a la tristemente célebre congresista Celia Anicama, en realidad, se aplica al 50% de peruanos (y está muy presente en todos los niveles socio económicos).
Según un reciente análisis de Contribuyentes por Respeto, en los últimos diez años la penetración de la TV Paga formal ha crecido a una tasa promedio de 10.5%, mientras la informal ha aumentado a un promedio de 45.4% anual. Así, en el 2004 la informalidad llegaba tan solo a 5.7%, en el 2008 pasó a 39% y en el 2013 alcanzó el 48.5 %. Incluso, hay localidades como Tumbes, San Martín y Huánuco donde el nivel supera el 70% de conexiones.
El problema nos afecta a todos de distintas maneras. El Fisco deja de percibir millones de impuestos que podrían servir para retribuirnos algún servicio de calidad, por ejemplo en seguridad y justicia. Los usuarios formales vemos nuestra señal degradada, y muy pocos reclaman porque la TV no "se corta" sino que disminuye su calidad. Y, finalmente, los peruanos que aún no tienen esta infraestructura, no logran que el servicio llegue a su localidad.
De hecho, actualmente este servicio solo llega a alrededor de un tercio de hogares peruanos, habiendo millones de personas que estando dispuestas a pagar por él, según una reciente encuesta del OSIPTEL, no lo reciben (Encuesta Residencial de Servicios de Telecomunicaciones 2012).
Si nos comparamos con la región tampoco marchamos nada bien. Argentina, por ejemplo tiene casi 3 veces más hogares con TV Paga, pero también presenta un tercio de la informalidad que vemos en Perú. Las operadoras transnacionales se quejan de las conexiones informales, pues a mayor informalidad la matriz no autorizará muchas inversiones para ampliar la red. En ese sentido, se puede decir que la informalidad también afecta a las operadoras, aunque al final del día lo que harán será reconducir sus recursos a otros países.
Así, los que realmente nos perjudicamos por un país donde el mar es de Huáscar, el cielo de Quiñones, y la tierra es de nadie... somos nosotros mismos.
Uno de los grandes escollos para combatir la informalidad, es que muchos peruanos la ven como una conducta socialmente aceptable (en eso las ideas de Hernando de Soto no ayudaron). Tan es así que las autoridades terminan creando figuras como el minero informal, cuando se trata simplemente de un minero ilegal.
La problemática de la informalidad, pues, no es un problema ajeno a la ciudadanía, sino uno que surge de ella y que afecta su bienestar. Dejemos de avalarla entonces por populismo.
El MTC tiene una ardua tarea por delante con las cableras ilegales y los Robacables. ¿Tendrá suficiente liderazgo? Su actual performace no permite ser muy optimista. Y la llegada de nuevas elecciones tampoco ayudará. Ojalá el Ministro Paredes nos sorprenda, y se la juegue por el Estado de Derecho.
Por Fernando Cáceres
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