Juan Carlos Valdivia
Los Humala, en dos canales
Sobre una entrevista presidencial con ribetes de cortina de humo.
Mientras en un canal el Presidente Humala balbuceaba algunas respuestas sobre la situación del país, en otro veíamos cómo el dinero aparece como el protagonista en las agendas de la esposa del Jefe de Estado.
Entonces, mientras Ollanta Humala no podía explicar cómo iba a dejarnos un país peor que el que había recibido, veíamos como las agendas mostraban la gran transformación de la familia Humala Heredia, con cuentas en Suiza manejadas por la hermana del Presidente y la embajadora del Perú en Francia y los muebles Ferrini y las remodelaciones inmobiliarias.
Es la tragedia del país: elegir gente que está en política para cambiar su situación económica. El presidente da una entrevista en donde le es difícil responder respecto a los problemas de seguridad o al menor crecimiento económico, refugiándose en lo que es el único legado de su gobierno: la inversión en educación.
¿Cómo creerle al Presidente Humala que en un canal de televisión trata de convencernos de sus logros, cuando en el otro seguimos viendo la danza de millones alrededor de la familia de Ollanta Humala? ¿Cómo creerle su discurso sobre la inclusión social, sobre la lucha por los más pobres, mientras vemos como su esposa gasta miles de dólares en muebles, en ropa, en viajes? Es claro que los que han salido de la pobreza son los Humala Heredia, que gracias a su paso por la política han pasado de vivir arrimados en la casa de la suegra a vivir en un condominio de dos inmuebles decorados con lo más selecto de alfombras y muebles.
Quizás en Palacio de Gobierno busquen que las denuncias sobre las agendas de la señora Heredia no se discutan. Entonces el presidente tiene que exponerse en entrevistas para las que no está preparado, con el fin de cubrir lo que se difunde en la televisión. Las dos últimas entrevistas las ha dado en un horario inusual para los medios que la transmitieron: Ni RPP, ni Latina tienen horarios de entrevistas los domingos a las ocho de la noche. Pero ambas coinciden con el horario de los programas políticos en la señal abierta.
Entonces vemos cómo la agenda nacional, que debiera ser preocupación del presidente, es subalterna a las anotaciones de las agendas de la señora Heredia. El Presidente no tiene un objetivo que comunicar salvo el de servir de cortina de humo para tapar las denuncias sobre su esposa. Y así desperdicia su credibilidad. No puede explicar porque su bancada actúa contra la opinión del Ejecutivo y da vueltas cantinflescas sobre cómo su bancada buscaba poner en discusión algo que el Presidente del Consejo de Ministros consideraba inviable.
Es claro que los meses que le quedan de gobierno serán difíciles, porque Ollanta Humala ha decidido cumplir con papel de galante esposo y abandonar el de Presidente de la República. Esto le hace perder fuerza en los mensajes y autoridad frente a la ciudadanía. La ventaja es que tanto Humala como la oposición solo están esperando que el gobierno termine, contando los días que faltan para 28 de julio del próximo año.
Por Juan Carlos Valdivia
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