Jorge Morelli
Las tierras raras de Xi
Elementos clave en la guerra comercial entre China y EE.UU.
Las "tierras raras" son la carta bajo la manga de Xi Jinping, el presidente de China. Con ellas en la mano se prepara para resistir el veto del presidente de EE.UU., Donald Trump, a Huawei, el buque insignia de la ofensiva china para la guerra por la supremacía tecnológica global.
Extrañamente, no bien se anuncia el veto norteamericano, Xi Jinping realiza una misteriosa visita de “inspección” a una planta de procesamiento de tierras raras, en Ganzhou, acompañado del viceprimer ministro Liu He, negociador de la paz en la guerra comercial. Las tierras raras son 17 elementos químicos (escandio, itrio y 15 lantánidos) indispensables para fabricar teléfonos inteligentes y baterías para los autos eléctricos del siglo XXI.
Aquí es donde está el secreto: James H. Nolt, experto en China y profesor de la Universidad de Nueva York, informa que China "produce casi toda la oferta mundial" de esos 17 elementos. El llamado Libro Blanco confirma que China abastece más del 90% de la demanda mundial. EE.UU., de otro lado, importa el 80% de esos materiales de China.
No hay de qué quejarse. Aparentemente, el procesamiento de tierras raras acarrea riesgo de contaminación, por lo que Occidente no tuvo reparos en que China lo asumiera a lo largo de años, hasta hacerse progresivamente de un cuasi monopolio en la oferta mundial de estos insumos tecnológicos, clave para el siglo XXI. Desde luego, EE.UU. puede encontrar otros proveedores, la prensa dice que en Australia o Vietnam. Pero tomará tiempo y decisiones políticas.
Mientras tanto, el Global Times de China ha dejado entrever lo que debería ser obvio: que China "podría usar" su posición de dominio actual sobre la oferta y, de ser necesario, limitar sus exportaciones. "Cortar el suministro podría paralizar la producción de los fabricantes de alta tecnología de EE.UU.", dice Nolt. Según el profesor Wong Kam Fai, de la Universidad China de Hong Kong, es la carta "que Xi guarda en la manga para forzar a los manufactureros estadounidenses a que piensen dos veces” el veto a Huawei.
No será necesario, al menos por ahora. Podría bastar la visita de Xi Jinping para enviar el mensaje sin decir una palabra. El hecho es que EE.UU. ha ampliado el plazo para aplicar el veto a Huawei. Las dos potencias se estudian mutuamente y meditan sus posiciones en el tablero. Solo que parece una partida de ajedrez de un lado y de go por el otro.
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