Herberth Cuba
La política menuda y el dengue
Los rumores de pandemia son solo un psicosocial
Los rumores de pandemia son solo un psicosocial
La epidemia del dengue que azota a nuestro país ha dado lugar a posicionamientos políticos, comunicados, notas y comentarios en los distintos medios y en las redes sociales. Por un lado, se informaba acerca de las acciones resolutivas del Ministerio de Salud (Minsa); y por otro, eran algunos ex funcionarios y gremios, con claro afán de desinformar y manipular el legítimo dolor de los peruanos. Es un hecho reconocido que en Piura existe epidemia de dengue. Sin embargo, algunos críticos de la gestión gubernamental han afirmado que sufrimos una pandemia, hecho falso y alarmista. La pandemia involucra afectación mundial. Y este no es el caso. En ese contexto de desinformación y manipulación, si se habla de pandemia se trata de un psicosocial para agraviar al gobierno. Sin embargo, a pesar de que la ministra jamás ha expresado que el dengue es un psicosocial, las redes contrarias al gobierno han difundido esa mentira.
Resaltamos con comillas algunas afirmaciones, tomadas de un comunicado gremial que resultan muy ilustrativas. Veamos:
1.- “La epidemia en Piura no está controlada en absoluto”.
Esta afirmación requiere una fundamentación. Las cifras aportadas por el Minsa señalan una tendencia a la baja. Se puede cuestionar la magnitud de la disminución, pero no la disminución misma. Además, los críticos no ponen las cifras en el contexto histórico. Por ejemplo, el hecho de que durante el 2015, sin desastre alguno, hubo 22 muertos, frente a 18 de este año. Tampoco se dice que en Piura existe una carencia en el sistema de salud, que ya estaba desbordado aun sin desastre. El Niño costero ha aumentado la brecha de necesidades. Las críticas malintencionadas a la actual gestión provienen de los funcionarios del gobierno humalista que administraron sin desastres naturales, pero con mayor tasa de muertos. Transfirieron la lucha contra el dengue al Instituto Nacional de Salud (INS) y a las regiones, para eludir sus responsabilidades.
2.- “Los fríos números esconden el funesto subregistro que existe en nuestro sistema de salud”.
Los ex funcionarios reconocen que el sistema de salud que ha heredado el presente gobierno tiene un subregistro. Es decir, que no se reportan todos los casos y, por lo tanto, las cifras que ellos presentaron en sus respectivas gestiones debieron ser mucho mayores. No muestran ningún estudio paralelo e independiente del Minsa para demostrar esa afirmación. Ni siquiera toman en consideración las observaciones de la Defensoría de Pueblo en el sentido de que “existen diferencias en el registro de casos”. Es obvio que a falta de datos que confirmen la afirmación se refugian en la generalidad. Es decir, en todo el mundo existe subregistro.
3.- “Las grandes epidemias de la humanidad las ha vencido el pueblo organizado y bien dirigido por sus autoridades y profesionales”.
Esta afirmación esconde una flagrante contradicción, porque las formas y el lenguaje que usan demuestran lo contrario. Es decir, dividen, desinforman, desorganizan y cuestionan a las autoridades y profesionales que están en la gestión de la emergencia sanitaria. Los esfuerzos del Minsa para implementar la articulación Estado-Estado y Estado-sociedad indican lo contrario. La llamada reforma de salud del gobierno anterior destruyó la gestión sanitaria participativa y convirtió la articulación local, regional y nacional en un mero trámite administrativo. La participación, organización y compromiso social es un proceso que toma tiempo y recursos. Las epidemias amplifican sus daños cuando cunde la desarticulación y desorganización, tal como lo evidencia la región Piura. El gobernador regional ha reclamado al Gobierno central, con justicia, más dinero, mejorar los establecimientos de salud y mil médicos más. Sin duda es lo que se necesita para que la salud mejore en Piura. Pero eso es insuficiente para luchar contra la epidemia. Más que servicios de los establecimientos de salud, se requiere acciones de articulación con todos los actores a nivel comunitario, distrital, regional y nacional; es decir, organizar la respuesta social contra las epidemias.
4.- “Aquí hay millones de voces que claman por un paso al costado”.
La politización de la salud, la lucha intestina por cargos políticos, el deseo desmedido para obtener las riendas del Minsa, entre otros, son aspectos nocivos frente a una epidemia. El dolor y sufrimiento exigen deponer apetitos y ambiciones personales. Es el fair play indispensable para la convivencia social. Ese ha sido el comportamiento del Congreso de la República en el Niño Costero. Sin embargo, la emergencia sanitaria continúa y, como es obvio, se sobrepone a la etapa de la rehabilitación, es más, está en su fase más complicada. La grandeza de los políticos se evidencia en la comprensión de estas circunstancias.
¡El Perú debe estar más unido que nunca contra el dengue!
Herberth Cuba García
COMENTARIOS