Mario Saldaña
La izquierda "lentejera”
Ha surgido una nueva izquierda que compite con la oenegera y la frentista.
Pepe Julio Gutiérrez, a quien Marco Arana (jefe de Tierra y Libertad, movimiento que ha compartido el liderazgo de las movilizaciones violentistas en Islay contra el proyecto Tía María) solo ha separado de su organización más no expulsado, ni denunciado, ha creado una nueva versión de la zurda peruana: la izquierda “lentejera”.
La izquierda “lentejera” la componen aquellos grupúsculos seudo ambientalistas que ponen en jaque a empresas extractivas formales a base de venderle a un sector de la población medias verdades o mentiras, y que al lograr detener o hacer fracasar los proyectos que dichas empresas intentan poner en marcha, benefician directamente a otros sectores formales, informales o ilegales de la misma zona de influencia del proyecto o en la región.
Es decir son grupos que cumplen un papel muy parecido al de esas cuadrillas de construcción civil que cobran cupos y extorsionan. O sea una izquierda chantajista, delincuencial.
Ojo, distingamos a la izquierda “lentejera” de la “onegera”. Tierra y Libertad es el típico ejemplo de la segunda. Grufides, ONG ambientalista dedicada a hacerle la vida imposible a Newmont en Cajamarca y a otras empresas mineras en diferentes zonas del país, a base de una eficaz recaudación de fondos ambientalistas o pro indigenistas en Europa y USA, ha derivado en el partido político que hoy conocemos.
La izquierda “onegera” tiene en la recaudación de fondos su razón de ser, para lo cual, las “causas socio ambientales contra empresas depredadoras e irrespetuosas de comunidades y poblaciones” tienen que existir, expandirse y multiplicarse para que el financiamiento del exterior siga la misma lógica; y de paso, un respetable buen nivel de vida para sus gestores.
Los “lentejeros” usan la vía corta. La plata se la piden a quien le han armado el paro, el bloqueo o la protesta. No necesitan inscribirse en la APCI; solo crear uno o dos “frentes de defensa”, contar con un par de alcaldes amigos con los que quieran repartirse las lentejas, y unas cuantas radios rurales a las que también les cae algo, y ya está, negocio redondo.
El problema es que si la “izquierda lentejera” (a propósito de su buena perfomance en Islay) empieza a expandirse a otras zonas, como Las Bambas o cualquier otro proyecto de envergadura, pronto le puede quitar espacio, protagonismo y seguidores a la onegera como Tierra y Libertad y a la otra izquierda frentista que hoy pretende armarse como sea.
Años atrás, por ejemplo, la izquierda “lentejera” triunfó en Tambogrande, Piura, donde logró defenestrar un proyecto minero formal y amigable con el agro de la zona. Hoy esa es una zona de plena minería ilegal y groseramente contaminante del ambiente.
Paradójicamente es el mismo daño que los delincuentes de la construcción le causan al gremio que dirige hace años don Mario Huamán. El mismo que gente como Goyo Santos y Patria Roja le generan a Villarán, Lerner, Simón y compañía. O el mismo que la minería ilegal le causa a la legal y formal. O sea, todo un cáncer.
Por: Mario Saldaña C (@msaldanac)
14 - May - 2015
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