Jorge Morelli

La izquierda caviar es reaccionaria

Su propósito es mantener los recursos en manos del Estado

La izquierda caviar es reaccionaria
Jorge Morelli
27 de octubre del 2020


El fantasma de la derecha flota sobre la campaña. Es un virus, una enfermedad contagiosa, una lepra bíblica. Que no deba ser así es lo de menos, es estéril discutir con un lugar común. De modo que los candidatos tienen que tomar distancia de la derecha.

Esa confusión semántica esconde lo que en verdad importa: quién es reaccionario. No es reaccionaria la izquierda radical, ni siquiera la antiminera. No puede serlo porque está indisolublemente ligada a los intereses reales del pueblo enraizado en la tierra y en las minas, arraigado en la aspiración a la propiedad, que esa izquierda no puede desconocer ni traicionar. Consecuentemente, ha hecho suya hoy la idea de la propiedad y propone que el poseedor del suelo sea dueño también del subsuelo.

Desde luego, es libre de presentar una reforma constitucional en ese sentido. Pero no será fácil. Desde Roma, no ha existido Estado alguno dispuesto a renunciar a la propiedad del subsuelo. Estados Unidos es una solitaria excepción, y siempre sujeta a limitaciones. Esa salida puede ser políticamente inviable hoy, pero no es reaccionaria.

La izquierda caviar, en cambio, depende del Estado, trabaja para el Estado, gana un sueldo del Estado y su estrategia electoral es un pobre truco: generar empleos en el Estado para conseguir esos votos. Se llama clientelismo. Es profundamente reaccionario.

La izquierda caviar no responde a ningún interés real en la economía, sino exclusivamente a una pura idea política. Por lo mismo, propone iniciativas desconectadas de la realidad. Deduce sus propuestas desde la ideología, de arriba hacia abajo. No las construye por inducción de abajo hacia arriba a partir de la experiencia. Ese es su límite. Nunca irá más allá de eso. La izquierda caviar, a diferencia de la radical, jamás podrá proponer la propiedad del subsuelo. Ni siquiera del suelo. Necesita que el Estado los controle.

Nunca escapará de la obsesión del monopolio de la gestión de los recursos por la empresa estatal. Cuando ha tenido que ceder, al cabo de poco vuelve a lo mismo. Por ejemplo, proponer que los fondos de pensiones pasen de las AFP a una entidad estatal que concesiona su gestión es reaccionario. Los fondos de pensiones son de propiedad de los pensionistas del Perú. No son del Estado.

Y es reaccionario, por lo mismo, el monopolio del Estado en la gestión de los recursos naturales. Mientras la izquierda radical toma distancia de eso, al demandar la propiedad privada de los recursos para las comunidades, la izquierda caviar no puede hacerlo. Tiene que mantener los recursos en manos del Estado para luego capturar el Estado. Ese es su plan, al que vuelve una y otra vez sin aprender. La izquierda caviar no puede avanzar, solo volver atrás. Es reaccionaria.

Lo verdaderamente revolucionario, en cambio, no es la propiedad privada del subsuelo,que es de todos los peruanos y no solo de unos pocos. Lo revolucionario es la propiedad privada del suelo. Pero –y he aquí la diferencia– dotado de papeles que se compren y vendan en las bolsas globales. Solo así su valor subirá y bajará junto con el de los recursos existentes debajo. Es lo que una parte de la izquierda recién ha comenzado a comprender.

Jorge Morelli
27 de octubre del 2020

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